impunes

el curpo de Francisco Alvarez Vázquez, apuñalado en noviembre de 1997. (Foto: Archivo)
El último se produjo en 2004, cuando una mujer apareció estrangulada y calcinada detrás del edificio de la vieja prisión, mientras que la muerte sin resolver de Francisco Álvarez data de 1997

Trece años después, siete homicidios continúan impunes