Opinión

Sexto sentido

Todos hemos oído más de una vez eso del sexto sentido. Sabíamos de cierto lo de los cinco, que eran ver, oír, oler, gustar, y tocar. Cinco nada más. Cinco sentidos que nos ayudan a sobrevivir el tiempo en que se nos permite estar aquí, a veces ayudando a disfrutar y otras no tanto. Bien, pues ahora resulta que a la lista de los de toda la vida se le añade uno más. Así lo asegura un estudio realizado en la Universidad de Ruhr de Bochum, en Alemania. Según los científicos que lo han llevado a cabo, el sexto sentido existe. Lo califican como “una ilusión de tacto fantasma”. O sea, para los profanos en este campo de sabiduría, es una capacidad que resulta inexplicable, y que se manifiesta como sensaciones sin contacto físico. Los resultados de este trabajo fueron publicados en la revista Scientific Reports.

Para llevar a cabo los experimentos pertinentes, los investigadores se valieron en parte de la realidad virtual. Esto les llevó a la revelación de que los sujetos describen una sensación “electrizante de hormigueo o picazón como si el viento pasara por su mano”. Todo esto nos lleva a pensar ¿Cuántas cosas tendremos los seres vivos aún no descubiertas? ¿Cuánto guardamos en secreto involuntario? ¿Cuántas percepciones sensoriales anidan en nosotros mismos, con las que nos desarrollamos y vivimos, por y con ellas, sin conocerlas, e incluso reímos al escuchar de la existencia de cosas que no llegamos a entender? ¿Qué mundos sensoriales se esconden todavía regidos no se sabe cómo ni por qué, hasta que llega un trabajo que nos pone bajo el foco de la ciencia y nos descubre aquello que el acervo cultural ya anunciaba desde la experiencia de la vida? 

Siempre se les atribuyó a las mujeres “tener un sexto sentido”. Pero esa facultad es compartida por todos. Una recién descubierta riqueza que poco a poco se desvelará como otras muchas que ya se han descubierto. “No llores que te puede oír”, se decía en los velatorios junto al fallecido. Y la ciencia nos dice ahora que a pesar de haberse certificado la muerte clínica, por lo que sea, el finado sigue “viviendo” bastantes horas después. ¿Intuiciones, o lo que es lo mismo, sextos sentidos, conocimientos transmitidos por los genes? Preguntas sin respuesta todavía, pero no me cabe duda de que con el tiempo se responderán y confirmarán una vez más “el milagro de la vida”. 

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