Amador Díaz: "Aquí cogen las patatas y prácticamente las llevan al mercado"
Entrevista a Amador Díaz, alcalde de Xinzo de Limia
El alcalde de Xinzo, Amador Díaz, fue invitado por el gobierno provincial de Tungurahua, en Ecuador, para participar en una serie de actividades oficiales relacionadas con el fomento de mejores alternativas tecnológicas para el sector agrícola. La visita se enmarca en la “Carta de Hermanamiento” firmada entre ambas instituciones, con el objetivo de promover la cooperación interinstitucional en el ámbito de la gestión productiva agroindustrial, turística y la formación técnica.
¿Qué es lo que más destaca de Ecuador?
Para estar rodeado de montañas, estamos entre los 2.600 y los 3.200 metros, tienen fincas con pendientes cultivando frutas tropicales. En los mercados es bastante distinto a lo que es en España.
¿Qué tal el trato de la gente?
Muy bien, muy hospitalaria, como los gallegos.
¿Qué beneficios tiene para Xinzo este viaje?
El viaje surge por la visita del prefecto de Tungurahua a Xinzo. Le llamó la atención el trato que tenemos con la patata, como la conservación prolongada del tubérculo. Aquí cogen las patatas y prácticamente las llevan al mercado. Me convenció de venir aquí y, entre otras cosas, nos ofrecieron una máscara que yo espero que se pueda poner en el Museo Galego do Entroido. Aquí también tiene su particular Entroido y con máscaras características, una celebración muy importante para ellos. Muchas similitudes, pero podemos ayudar a los agricultores de aquí aportándoles nuevas tecnologías y enseñando otras maneras de producir.
¿Qué diferencias ve con la producción agrícola y ganadera?
No está nada mecanizada, tienen terrenos con montañas muy altas, de 2.000 a 3.000 metros, son situaciones orográficas complicadas. En cuanto a la recolección de las patatas, el 99% son sacadas a azadón. Es particular, hay que decir que en cualquier zona pueden producir distintas frutas. Tiene un sabor espectacular y son productos casi completamente naturales. Les da un sabor distinto y añadido.
¿Cómo está la situación ahí en cuanto a precipitaciones, ya que aquí está afectando mucho al cultivo?
No hay muchas, en una zona tan alta se puede cultivar en cualquier mes del año. Es algo que me llamó mucho la atención. Cualquier mes del año pueden cultivar la patata. Sí hay que decir que a la patata que más valor le dan ellos, por que económicamente les resulta mejor, es una variedad llamada superchola. Tiene un ciclo de casi siete meses, más de medio año. Hay variedades con el ciclo más corto como el nuestro, pero esta fue la que más me llamó la atención. No es muy distinta a la patata de aquí en cuanto a sabor.
¿Qué fue lo que más le sorprendió a ellos de nuestra manera de trabajar en el campo?
Les sorprendió que estamos mecanizados, que tenemos avanzado mucho en la agricultura. Tienen una gran riqueza de agua, están a colocar sistemas de aspersión como nosotros. También les sorprende el sistema de conservación, ya que nosotros podemos tener las patatas cinco o seis meses almacenadas y después venderlas. Ellos, el gran inconveniente que tienen, es que en momentos puntuales tienen que sacarlas porque el precio baja y no las almacenan, entonces se preocupan de cómo conservarlas.
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