ECONOMÍA CIRCULAR

Los ourensanos recurren al coche compartido para paliar la inflación

Peng Shiang delante de su academia de Ourense (i) y 
Tamar Rodríguez posa en su casa (d)
photo_camera Peng Shiang delante de su academia de Ourense (i) y Tamar Rodríguez posa en su casa (d).

El profesor Peng Shiang, conocido como Martín, y la modelo Tamar Rodríguez, ofrecen sus coches en la ruta hacia Vigo para ahorrar gasolina, compartir historias y promocionar sus negocios

El uso de coche compartido se ha normalizado en los últimos años. Los usuarios que emplean la aplicación de Bla Bla Car indican que puede llegar a ser una experiencia con múltiples ventajas. Más allá de compartir el gasto del combustible del coche, numerosos usuarios aprovechan los trayectos para conocer a otros viajeros, contar experiencias e, incluso,  hacer negocios. Dos ejemplos de ello son la modelo Tamar Rodríguez y el profesor de chino, Peng Shiang. Ambos aseguran que “a la gente le gusta contar historias, sobre todo si ayuda a encontrar trabajo”.

Clases de Chino

Peng Shiang Wang, más conocido como Martín, es el usuario de origen chino más popular de los viajes de Bla Bla Car con destino u origen en la provincia.  En 2014 comienza su aventura compartiendo viajes. “Antes vivía en Valencia y hacía viajes entre esa ciudad y Madrid”, relata. Un año después se mudó a Ourense, donde pasó de ejercer como conductor a compartir experiencias y trabajo: “Me gusta Ourense. No tengo que usar el coche para desplazarme por el centro, pero me contrataron en Vigo para dar clases y a partir de ahí comenzó todo”, continúa. 

Según Martín, 2015 fue un año complicado, ya que tenía que combinar sus clases en una academia de Vigo con otra en Ourense. “Mis propios alumnos me llegaron a convencer de que montase mi propia academia y me hice autónomo”, apunta.  

Precisamente, en este punto fue cuando comenzó a promocionar sus clases de chino en sus viajes. “Tenía mis alumnos de la academia, pero  a las 11 de la mañana hacía un viaje para dar unas clases en Vigo y volvía sobre las 13,30 horas. Soy una persona a la que le gusta hablar y  creo que a la gente le llama la atención un chino tan parlanchín”, relata. Hasta ahora, Martín lleva alrededor de 1.500 personas registradas en sus viajes de Bla Bla Car. “A la gente le gusta compartir sus historias y conseguir trabajo. Yo aprovecho para promocionar mi negocio”, especifica. Actualmente combina todo lo anterior con clases online para no dejar “a ningún alumno sin sus clases”. Es más, asegura que ofreció formación en algún trayecto.

Conductora y modelo

Tamar Rodríguez comenzó su historia en condición de pasajera. “Me hice de Bla Bla Car cuando no tenía carnet de conducir para ir allí donde mis padres no me podían acercar”, relata. Una vez que obtuvo el permiso de conducción probó a compartir su coche por motivos económicos. “Cuando aún no tenía trabajo fijo y no cobraba casi nada, fue una ayuda para ahorrar en gasolina. Desde hace dos años trabajo de forma fija y, desde que estoy en una agencia, la empresa me pedía que fuera a Vigo los fines de semana; así que aproveché la ruta más solicitada en la plataforma para publicar un anuncio destinado a compartir mi coche y que el viaje se me hiciera más ameno”, indica. Para esta modelo, el uso de la app ha sido una revolución. “Siempre o casi siempre llevo el coche lleno en mis viajes y, si eres una persona extrovertida, este tipo de trayectos ayudan a conocer mucha gente y ganar oportunidades de trabajo en distintos ámbitos”, expresa. 

Por otra parte, Tamar asegura que ir en coche con hombres desconocidos “siempre da miedo”, pero explica que las mujeres suelen escoger perfiles de otras chicas para sentirse más seguras.

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