Históricamente noviembre siempre ha sido un mes complicado. Los primeros fríos, los malos resultados y algunas desconfianzas. Quizá demasiadas para un equipo que había encadenado cuatro triunfos consecutivos y sin considerar, en su justa medida, que han sido demasiadas y, lo que es peor, demasiado juntas, las bajas, para un equipo en construcción.
Pero, de estos embrollos/confusiones, se sale sin poner excusas, como así hizo el COB, ajustando las piezas de recambio con la suficiente precisión y sorprendiendo con el estabilizador triunfo ante Menorca. Acierto del técnico ourensano Felix Alonso.
Decía el creador de la leyenda de los Celtics, “Red” Auerbach, que “no se trata de poner a los cinco mejores, para ganar debes poner a los cinco que hacen mejor el equipo”. Así, una vez que Ivica Radic se iba al banco, no sin antes cargar de personales a sus defensores y cumplir con su media de rebotes, accedía a la cancha y se mantenía hasta el final Romaro Gill. Por estadísticas y más por las inseguridades (acongoje) que desde sus 2,18 metros (2,40 m. de envergadura) causaba el pívot ourensano en sus rivales, que una vez atacaban el aro ourensano, creían verse ante una pared. Por ahí empezó todo, más la dirección de Javi López, los puntos de Llorente, Rodriguez… Así hasta completar un trabajo defensivo grupal superlativo.
¡Y ahora a por el Betis!. Que no todo es dinero y si no hay posibles ni mejores posibilidades de refuerzo no queda otra que agudizar el ingenio y mantener la fortaleza defensiva, que aún costando más, es indudable que sale a cuenta.
