El nuevo santo “regresará” a Ourense de forma simbólica

El nuevo santo de la Iglesia Juan Jacobo Fernández volverá a Ourense de manera simbólica casi cien años después de recibir el martirio en Damasco. Lo hará junto a la expedición de casi un centenar de ourensanos que se trasladó a Roma para vivir la ceremonia de canonización, al frente de la que estaba el obispo de la diócesis, Leonardo Lemos.

Lemos relataba que “pudimos visitar la casa general de los frailes menores -la rama de la orden franciscana a la que pertenecía Juan Jacobo- y allí, su postulador general, el padre Califfanno, nos hizo entrega de tres reliquias de estos santos mártires para que las llevemos de vuelta a Ourense”.

El regalo de la orden franciscana consiste en tres reliquias atribuidas al grupo de once mártires a los que pertenecía el ourensano, que fue sepultado en grupo en Damasco. “Una de ellas permanecerá en el obispado”, enumeraba Leonardo Lemos, “otra irá a la catedral, y la tercera la llevaremos a la parroquia de Carballeda, a la que pertenece Moire”. Un regreso simbólico a casa, puesto que “las reliquias no se pudieron individualizar”, seguía explicando monseñor Lemos. El cabeza de la Diócesis también expresaba su deseo de “poder dar la importancia que tiene este nuevo santo de Ourense”.

Sobre la ceremonia, Lemos comentaba que fue “muy hermosa, y dejó constancia de la universalidad de la Iglesia”. También agradecía “a la Diputación y a la Xunta que contribuyeran a poder dar esplendor a la ceremonia” con la presencia de la Real Banda de Gaitas en la plaza de San Pedro.