El peaje de la autopista de Ourense a Santiago se convierte en el más caro de Galicia

La vía de alta capacidad, de 56 kilómetros, queda fuera de las bonificaciones aprobadas en el resto de las gallegas

La comunicación con Santiago está libre de peaje en casi la mitad de su trayecto. (FOTO: MARTIÑO PINAL)
La comunicación con Santiago está libre de peaje en casi la mitad de su trayecto. (FOTO: MARTIÑO PINAL)

El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes un Real Decreto por el que se aplican bonificaciones en los peajes de la autopista del Atlántico AP-9, que vertebra la Galicia desde Ferrol a Tui. Con ello se cumple una vieja reivindicación que reducirá el gasto en unos 15 millones de desplazamientos anuales. Paralelamente, esta medida provoca otra consecuencia: la AP-53, que une Ourense con Santiago (y que también depende del Ministerio de Transportes), pasa a ser la más cara de Galicia con la realización de los descuentos en la AP-9. Y una de las más costosas de España.

La comunicación con la capital gallega por vía de alta capacidad es de pago en el tramo entre Santiago y el alto de Santo Domingo. Se trata de un trayecto de 56,6 kilómetros por el que los vehículos ligeros abonan 6,05 euros y los pesados, entre 10,20 y 12,10 euros. Esto quiere decir que un turismo debe abonar 12,10 céntimos si hace el viaje de ida y vuelta entre Ourense y Santiago en el mismo día. Por contra, ahora un usuario con dispositivo de telepeaje que realice el viaje de ida y vuelta entre A Coruña y Santiago en el mismo día pasará a pagar 7 euros, es decir, 5 euros menos que en el caso ourensano por recorrer un trayecto que cuenta con diez kilómetros más. De igual manera, Ourense sale perdiendo con el resto de comparativas desde Santiago a Pontevedra, Vigo o Ferrol al aplicarse la gratuidad de la vuelta en la AP-9 para vehículos ligeros.

La AP-53 es, además, de las pocas vías cuya explotación comercial a través de la concesionaria Autopista Central Gallega (Acega) carece de descuentos por la intensidad de uso, por días de la semana o incluso, por horarios de utilización.

La concesionaria aduce que tiene poco tráfico como para habilitar una línea de descuentos. Según sus propios datos, la intensidad media diaria del año 2020 fue de 4.233 vehículos, si bien estuvo condicionada por la reducción de movilidad impuesta por la pandemia. Tampoco había sido mucho mejor el ejercicio anterior, en el que no hubo restricciones: 6.171 vehículos.

No es la primera vez que se pide que se rebaje el peaje de la principal vía de comunicación con Compostela, pero nunca con la frecuencia ni la intensidad con la que se ha hecho para mejorar las condiciones de uso de la AP-9. La confirmación de que se iba a bonificar el tránsito por la Autopista del Atlántico recordó acuerdos del Parlamento de Galicia para exigir una mejora de las condiciones de uso de la AP-53, pero sin éxito. El BNG, cuando negoció su apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez, incluyó la rebaja del peaje entre sus exigencias. Tampoco eventuales campañas de “presión” como las anunciadas la pasada primavera en Lalín y concellos de la comarca han dado sus frutos.

La AP-53 sigue sin ser transferida a Galicia. Según un estudio de la entidad Automovilistas Europeos Asociados, sobre una treintena de vías de pago analizadas en toda España, cuenta con un coste por kilómetro de 10 céntimos.

Baja densidad de circulación y quejas por el mantenimiento

La conservación de esta vía de alta capacidad ha ocasionado protestas de usuarios, también de instituciones como concellos por los que atraviesa. Particularmente críticos se muestran con un tramo en el que hay diferentes materiales en la capa de rodadura en los dos carriles en sentido Santiago, con drenaje diferente para la lluvia. El coste del viaje aleja a muchos usuarios, que optan por ir por la N-525 en las zonas de pago, habitualmente con una alta densidad de circulación.

Desde que entró en servicio en el año 2003 la intensidad media diaria no llegó a superar los 7.000 vehículos. La horquilla de usuarios se movió entre los 3.600 del año de arranque y los cerca de 7.000 en los años anteriores al 2020, que limitó los desplazamientos.

Una concesión privada para 75 años

largos en este tipo de decisiones administrativas. La concesionaria pertenece al grupo Globalvía, “líder mundial en la gestión de concesiones de infraestructuras, con un total de 22 activos y con presencia en siete países”, como se presenta en su web corporativa. Chile, Costa Rica, Irlanda, México, Portugal y EEUU son los mercados en los que opera, además de en España, donde tiene concesiones en Madrid, la M-407 y la Ruta de los Pantanos, además de la AP-53. Gestiona 15 autopistas y siete ferrocarriles. La comunicación entre Santiago y Ourense por esta vía de alta capacidad tiene dos partes. Una, entre la capital gallega y el alto de Santo Domingo, de peaje. La otra, hasta Ourense, libre de tasas. Fue en abril del 2007 cuando el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño anunció la eliminación del peaje de este último tramo. Pero son pocos los que usan la autovía para ir a Lalín. La mayoría lo hacen a Santiago. Y pagando 6,05 euros a la ida y otro tanto a la vuelta.

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