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El Centro de Deportes Barco no pudo celebrar su estreno en casa con un resultado positivo y terminó cediendo por la mínima frente al Viveiro en la segunda jornada de liga y la presentación ante sus aficionados. El único tanto del choque, obra de Julio Lanside justo antes del descanso, resultó determinante en un partido en el que los locales llevaron la iniciativa durante muchos minutos, pero carecieron de pegada en los metros finales.
El encuentro arrancó con un Viveiro mucho más metido en el partido, llevando el peso de las primeras acciones ofensivas y generando varias aproximaciones de peligro que obligaron al guardameta Imanol a estar atento. Durante el primer cuarto de hora, el Barco se vio superado en la intensidad y le costó encontrar su lugar en el terreno de juego.
Con el paso de los minutos, los de Lino Estévez empezaron a asentarse sobre el césped ganando confianza y adueñándose de la posesión y las ocasiones. Aun así, a pesar del dominio, faltó claridad en los últimos metros. El Barco circulaba bien el balón y acumulaba jugadores en campo contrario, pero no terminaba de traducir ese control en ocasiones claras de gol. La más destacada de la primera mitad llegó de las botas de Óscar Martín, que probó suerte con un disparo ajustado al poste y Diego Santín con un testarazo.
Cuando parecía que lo más justo era llegar al descanso con el 0-0 en el marcador, un error en defensa castigó a los locales. Un mal despeje fue cazado por Julio Lanside, quien conectó un gran disparo donde Imanol poco pudo hacer. Corría el minuto 45 y el tanto supuso un jarro de agua fría para el Barco.
Tras el paso por vestuarios se vio un Barco dominador, que asumió la posesión y encerró al Viveiro en su campo. El guion fue muy claro: el conjunto local movía la pelota y trataba de encontrar espacios mediante centros laterales, mientras que los visitantes renunciaban al ataque, refugiándose atrás dando por bueno el 0-1.
La ocasión más clara tras la reanudación la protagonizó Diego Santín en el minuto 60, cuando probó fortuna con un disparo que atajó Ayub sin complicaciones.
Lino Estévez movió el banquillo en busca de soluciones ofensivas. La entrada de Manu, Sidibé y Brian Castro aportó aire fresco al ataque, mayor movilidad y algo más de presencia en el área, pero aun así el Barco siguió chocando contra una defensa viveirense muy ordenada. El Viveiro, aunque impreciso en las transiciones ofensivas y casi sin presencia en campo rival en la segunda parte, supo sufrir y resistir hasta el pitido final.
El Barco continúa sin poder puntuar en su regreso a la Tercera y la próxima semana tendrá una nueva oportunidad, recibe al Boiro en Calabagueiros.
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