Cocido estilo Verín, inexcusable

GASTRONOMÍA

El vino, de la DO Monterrei, supone un referente de calidad en la defensa del origen y la calidad del producto

Publicado: 01 mar 2025 - 16:00 Actualizado: 03 mar 2025 - 11:30

Cocido al estilo Verín en un establecimiento de la villa.
Cocido al estilo Verín en un establecimiento de la villa.

Una festividad como el Entroido lleva consigo ciertos productos y platos que exigen una degustación obligatoria. La carne toma la palabra, y en concreto la del cerdo, porque si bien el consumo de las partes de este animal se viene haciendo a lo largo de todo el invierno es verdad también que hay algunas que se destinan especialmente para una de las celebraciones más significativas.

En este sentido, entre los productos que llenan las mesas estos días tiene preferencia el Bandullo, y también Paiolo, que se suelen acompañar con patatas cocidas. No se queda atrás el denominado “Cocido estilo Verín”, que junto con cachucha, lacón, pie, oreja, lomo o chorizos conforman un plato de lo más demandado. El acompañamiento de la coliflor y los garbanzos es indispensable.

Aún hay quién se empeña en hacer del lacón con grelos el plato típico, si bien en Verín se decantan por unos grelos ácidos con chorizos acompañados de unas patatas a medio cocer.

También estos días había la costumbre de hacer las comidas mojando pedazos de roscón en la leche. Porque si los ingredientes procedentes del cerdo eran de fácil adquisición ya no lo era tanto conseguir un buen cabrito. En Verín era habitual dejar su degustación para el último día del Entroido y su compra se ultimaba a escote, con lo que eran muchos los que acostumbraban a ir a la cena.

En Verín era habitual dejar la degustación del cabrito para el último día y su compra se ultimaba a escote, con lo que eran muchos los comensales

El vino es otro de los protagonistas, de la Denominación de Origen Monterrei, un referente de calidad en la defensa del origen y la calidad del producto. Y los postres, desde aquellos caseros con que las comadres obsequiaban a los hombres de la casa, la repostería de estos días siempre gozó de buena fama sin tener que recurrir a postres llegados de fuera. La leche frita, los dulces, las torradas o el arroz con leche son algunos de estos platos.

Como postre típico sobresale la Bica de Chicharrones en todas las mesas que pretendiesen concluir el Entroido como es debido. Estos chicharrones, que eran celosamente guardados para que nadie los consumiese, se mezclaban con nueces picadas en la pasta de la harina, huevos y la nata de la leche. Actualmente son pocas las casas que recuerdan elaborar este postre en estas fechas, prefiriendo comprar los tradicionales pasteles de confitería, que gozan en Verín de una merecida fama, entre los que aparecen las cañas fritas, el brazo de gitano o la tarta do cigarrón.

Para rematar no puede faltar un café con unas pingas de aguardiente blanca y hacer sobremesa en compañía de una copa de hierbas o licor café de la casa.

Con todo, uno de los que más alabanzas ha recibido son las filloas. En ellas se quiere ver la supervivencia de una práctica mágica de purificación referida a determinados componentes (la sangre) y que también forma parte de ceremonias de fertilidad. Estas filloas a base de sangre, huevos batidos, leche, harina de trigo, unto y algo de azúcar y miel son comparadas a los crépes de Bretaña.

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