Goteo de arte al paso, grata sorpresa en el río Barbaña de Ourense
MURALES
Junto con los tradicionales grafittis de toda la vida, conviven en el paseo a orillas del río Barbaña de Ourense una colección de pinturas y murales que animan al paseante en su recorrido.
Despiertan la curiosidad del paseante, ocupan un breve tramo del paseo fluvial al lado del cauce del río Barbaña, entre el Pabellón de Os Remedios y el puente de Ervedelo, son cuatro murales ante los que más de uno se detiene para observar con mayor detalle la obra.
El decano de ellos se remonta a 2012 y es obra de un veterano en esto del arte urbano, Mon Devane. En su origen decoraba el centro de día que más tarde se trasladaría un par de locales más adelante. De ahí que el motivo sean dos señores mayores disfrutando de la partida.
De este mismo artista es otra de las propuestas -la más reciente del entorno-, que consiste en un niño disfrutando con su coche de juguete, y que tal parece un ensayo de la muy parecida propuesta que en la actualidad decora el parking de camiones de San Cibrao das Viñas.
Al otro lado del río
Del otro lado del cauce fluvial del Barbaña se encuentran otras dos obras que llaman especialmente la atención. Una de ellas es un paisaje, obra de Cami, artista urbano de 44 años que, aunque nacido en Barakaldo, lleva desde los cinco años residiendo en Ourense.
“Llevo pintando desde los 12 años. Crecí en el grafitti y lo sigo haciendo para mí, personalmente, pero en este caso -el del mural del Barbaña- se trató de un encargo de una comunidad de vecinos. Hablé con la persona que me lo encargó que quería un paisaje para embellecer ese espacio, le presenté varias propuestas y escogió esta”, explica este artista urbano.
Cami se dedica precisamente a hacer este tipo de murales por encargo -cuenta con muestras de ello en un bar de la calle río Arnoia y también recreó la figura de Lucky Luke en la calle Ervedelo-. Reconoce que “me gusta que la gente disfrute al verlos”, y añade: “Ourense es una ciudad donde la gente agradece este arte mural”.
La última propuesta -anónima- es otra figura infantil, en este caso jugueteando con un pato, anátida asidua de este espacio de ocio. Es un goteo de arte al paso, que hace más agradable el encuentro diario con la naturaleza.
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