El pueblo gitano sobre la discriminación en Ourense: "Sigo siendo la oveja negra del lugar"

600 AÑOS DEL PUEBLO GITANO EN ESPAÑA

En 2025 se cumplen los 600 años del pueblo gitano en España y los que viven en Ourense dicen sentirse “cada vez más discriminados”. La educación, el acceso a la vivienda o la inserción laboral son algunas de las barreras ante la falta de iniciativas institucionales que promuevan la igualdad.

Feriantes en Ourense.
Feriantes en Ourense. | Iago Cortón

El hijo de Carmen estudió en la Universidad de Santiago, pero cuando va a buscar empleo siempre encuentra la puerta cerrada. Tomás está acostumbrado a que la gente que va con niños se cambie de acera cuando se cruza con él por las calles. Y cuando Ismael va a una tienda, tiene miedo de entrar si no ve a nadie porque sabe que si falta algo, él será el culpable a los ojos de los demás. Los tres son gitanos, y los tres viven con el estigma de su etnia. 

Se cumplen este 2025 los 600 años del pueblo gitano en España y los que viven en Ourense dicen sentirse “cada vez más discriminados”, ante una sociedad que en lugar de acoger, rechaza. “Entras a cualquier espacio público y ya sientes la vigilancia de un guardia. Hay 70 personas y un gitano, y pase lo que pase la culpa siempre va a ser mía ya sin preguntar”. Así explica el patriarca de Ourense, Ismael Montoya, el sentimiento de aversión que, dice, “se nota aquí y, tristemente, en todas partes”.

“Todavía me encuentro con madres que agarran fuerte a sus hijos pequeños cuando paso por miedo a que se los lleve el gitano”

Educación, trabajo y vivienda. Estos son los tres ámbitos en los que el gitano siente una mayor exclusión para los de su etnia. Cuando se le pregunta al patriarca Tomás Jiménez si todavía hay un rechazo notable por parte de la sociedad que les rodea, no duda al responder: “¿Racismo? Como todos los años o más. Todavía me encuentro con madres que agarran fuerte a sus hijos cuando paso porque tienen miedo a que se los lleve el gitano”. 

Educación e inserción

A pesar de que el pasado diciembre la Fundación Secretariado Gitano alertaba que dos de cada tres chicos gitanos no terminan la Educación Secundaria Obligatoria, el campo de la educación es el que más avanza en materia de igualdad. De hecho, 387 gitanos forman parte de los talleres que esta misma entidad ofrece de manera gratuita en Ourense, con actividades de refuerzo educativo, ocio e intervenciones con el alumno y la familia. Aunque lo hacen a un ritmo lento, las últimas generaciones gitanas empiezan a sumar cursos a sus espaldas y a formarse para poder acceder a un futuro mejor. Una buena noticia que se queda a medio gas cuando a la hora de adentrarse en el mercado laboral, vuelven a encontrarse con las barreras a las que ya venían acostumbrados. “A mi hijo solo le han dado trabajo cuando ha ido acompañado de un trabajador social que respondía por él”, cuenta Carmen Romero resignada ante lo que ya considera rutinario: “¿De qué sirve que estudien si luego nadie les da trabajo? Al 99% de los gitanos nos gusta trabajar, pero nos tenemos que quedar en la feria o en la chatarra porque no nos dan la oportunidad de hacer algo más”.

Vivienda

En cuestiones de vivienda, la problemática social que ya existe a nivel general para todos los ciudadanos, sacude con más fuerza a los gitanos, que ven “imposible” alquilar un piso. “Creen que vas a meter una burra en la casa y se la vas a destrozar”, indica Francisco Romero, quien tiene claro que todo lo que va vinculado a la palabra gitano genera a priori “desconfianza y oposición”. Lo mismo cree Carmen, que vive en un piso de protección oficial desde hace más de 40 años: “Es un bloque de seis viviendas, y en el momento en el que dijeron que venía una gitana al edificio ya se asustaron. Yo me he tenido que integrar a ellos y el tiempo les ha enseñado que yo también soy una persona”.

Administración

Para Puiu Costache, mediado gitano-rumano e integrador de la comunidad, la discriminación todavía existente sobre su pueblo, parte de la falta de interés institucional sobre lo que es “un problema que nos afecta a todos”. Tras más de una década de incansable trabajo por dar voz a un colectivo que “sigue recibiendo odio en Ourense”, el activista asegura que “Galicia es la única comunidad que no tiene un programa de integración social con la comunidad gitana” y en el caso concreto de la provincia ourensana, “las cosas han empeorado drásticamente”. En este contexto -señala Costache- la responsabilidad de la alcaldía, con la que ha intentado ponerse en contacto en más de seis ocasiones, recibiendo una negativa como única respuesta

Dificultades para acceder incluso a cursos públicos, marginación, opacidad, chabolismo o acoso escolar. Cuestiones que, según Costache, siguen siendo realidades del día a día de los gitanos que, como él, así lo sienten: “Llevo 16 años en Ourense y sigo siendo la oveja negra del lugar”.

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