La virgen de Fátima iluminó la noche ourensana

FIN DE LA NOVENA

La procesión de Nuestra Señora de Fátima, uno de los eventos más multitudinarios de la ciudad, volvió a reunir este martes a miles de personas recorriendo las calles a la luz de las antorchas y unidos bajo una profunda veneración por la Virgen

La talla de la Virgen de Fátima, en la procesión de este 2025.
La talla de la Virgen de Fátima, en la procesión de este 2025. | Miguel Ángel

La ciudad vivió este martes una de las citas anuales marcadas en rojo en el calendario: la procesión de Nuestra Señora de Fátima, que cada 13 de mayo hace cristalizar la devoción por la Virgen en los ourensanos.

“La Santiña” recorrió las calles de la urbe, desde el templo de O Couto hasta la Catedral de San Martiño. A pesar de que la lluvia amenazó durante toda la jornada, la meteorología dio un respiro, y la procesión pudo transcurrir con normalidad.

Miles de personas -el evento suele congregar a uno de cada tres vecinos de la ciudad- colapsaron las calles unidas el sentimiento de devoción hacia Fátima. Desde el ocaso, la iglesia acogió a los más madrugadores que querían ver la carroza con la imagen antes del inicio de la procesión. A las puertas del templo, los fieles pudieron acercarse a los puestos que vendían las velas y antorchas para el camino. Aunque muchos de ellos siendo previsores prefirieron traérselas de casa. También triunfaron durante el día los marcapáginas con la imagen de la Virgen que regaló La Región.

A falta de media hora para el inicio del recorrido, en Ervedelo ya no cabía ni un alfiler. La cita estaba fijada, como marca la tradición, para las once menos cuarto. Numerosos estandartes salieron del templo, rodeados por decenas de vecinos y seguidos por la protagonista, la Virgen de Fátima. Frente a la imagen, marcando el paso, fueron tres pequeños que representaban a los tres pastorcillos, Jacinta, Lucía y Francisco, los tres niños portugueses que afirmaron ver a la Virgen en la Cova da Iria, en Portugal, en el año 1917. El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, también acompañó el paso.

Tras avanzar durante casi una hora bajo la lluvia de pétalos desde los balcones, la vibrante luz de miles de antorchas y al son de los rezos y cantos de los ourensanos, la Virgen de Fátima hizo entrada en la Catedral alrededor de la medianoche. Allí, tuvo lugar la tradicional misa que puso punto y final a la jornada, antes de que la imagen regresara al templo de O Couto.

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