EN CONFIANZA
Carlota Cao, doble premio por su joyería artística
La historia
El mes de diciembre, en concreto alrededor de los días festivos del 6 y 8, era, y es, la época en la que se realizaban la mayoría de matanzas del cerdo en los pueblos. Otros esperaban, y esperan, al frío de los primeros días de enero para realizar un trabajo en el que no faltaba la mano de familiares, amigos y vecinos para tener todo listo y obtener carne y chorizos caseros que duraban gran parte del año. Ejemplo de ello es esta imagen tomada en Sande, Cartelle.
Más que un trabajo, era un momento de convivencia, de alegría, de charla y reunión. Los hombres se reunían a primera hora para la matanza en sí, y luego, mientras las mujeres comenzaban con el lavado de las tripas en la fría agua de algún regato cercano, ellos se encargaban de abrir el cerdo y tomarse una copa para recuperar fuerzas. Tras la comida, cortesía de la anfitriona, tocaba hacer los chorizos de cebolla en los que la mano experta de las mujeres y la elección de las especies hacía que nunca hubiese unos iguales a los de las vecinas. Al siguiente día, despieces, y, ya al cuarto, el remate con los chorizos normales.
Una tradición que cada vez se queda más en el olvido. Y con ella esa fiesta-trabajo en familia, con vecinos y familiares.
La fotógrafa
Imagen cedida por Isolina Rodríguez.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último
La Región
JARDÍN ABIERTO
Simbología de la flor de amarilis en Navidad
PLANES EN OURENSE
Agenda | ¿Qué hacer en Ourense hoy, domingo 21 de diciembre?