Pedro Ruiz: “La poesía alimenta el alma, pero no da para vivir, es algo que sabemos todos”

El popular Pedro Ruiz llega este sábado a Ourense para presentar su nuevo espectáculo “Mi vida es una anécdota”, con una función hoy, a las 20,30 horas, en el Teatro Principal. ¿Qué se va a encontrar el público que acuda a su espectáculo? Verdades convertidas en comedia, cantadas, contadas y parodiadas, pero todas ellas de verdad. ¿Cuál es la mejor anécdota de su vida? Sin duda, nacer. Creo que la humanidad es una anécdota del universo, básicamente lo que procuro contar en el espectáculo es algo que nos iguala a todos. No se trata de explicar qué vida tan interesante tengo, sino que a las grandes figuras les pasan las mismas cosas que a nosotros. Usted se ha caracterizado por estar permanentemente innovando, ¿nos va a seguir sorprendiendo en el futuro? Me quedan por hacer muchísimas cosas, otra cosa es lo que diga el calendario. Pretendo innovarme a mí, no quiero dictar ningún tipo de moda porque soy consciente de que eso no va así. Procuro ser todo lo que me va apeteciendo, con ánimo de vivir porque creo que la salud tiene que ver con tener más planes que años y eso lo practico desde muy pequeño. En su vida ha sido periodista, actor, cantante o humorista: si solo pudiese quedarse con una profesión, ¿cuál elegiría? Poeta, sin duda, aunque quiero matizar que nunca fui periodista, nunca me sentí como tal. He intentado hacer las cosas que se podían y luego, a medida que he ido creciendo y aprendiendo, me he ido ampliando. No pretendo imponerme en nada, pero no quiero dejar todo lo que me apetece. ¿Por qué poeta? Todos los días desde que tengo 14 o 15 años escribo poesía. Ahora mismo acabo de escribir un poema desde en un mostrador de un hotel de Madrid con Alfredo García, que es un conserje de aquí que ha leído seguro más que todos los clientes del establecimiento en este año. Él inventa un título complicado y yo escribo un poema en cinco minutos. La poesía alimenta el alma, pero no da para vivir, eso lo sabemos todos. Ha conocido a grandes personalidades, ¿cuál es la que más le ha sorprendido? Soy una persona poco impresionada al respecto de eso. Las dos cosas que más admiro son la bondad y el talento, por este orden. He tenido suerte y también dedicación porque he tocado muchos palos, entonces pude conocer a mucha gente. Sí recuerdo el día que charlé en La Noche Abierta con Vicente Ferrer: ahí me di cuenta de que él, estando allí, no estaba allí. Le importaba muy poco la parafernalia, yo mismo o el decorado. Vino porque le venía bien a su fundación y ese punto de humildad me gustó. ¿Cree que se está perdiendo la conversación en los programas? Se está perdiendo el respeto en general, no en todos evidentemente, pero a veces se hace una televisión de mangantes para paletos. Creo que estamos perdiendo muchísimo la posibilidad de conocer puntos de vista y actitudes más sanadoras en este momento tan complicado para el país. Me parece difícil de aceptar porque en mi propia opinión llevamos mucho tiempo en el que los peores de la clase nos están dando clase.