La villa se convirtió en un verdadero hervideo de gente en la Praza Maior y las principales calles del casco histórico
Xinzo de Limia cumplimentó ayer la segunda de las etapas de su ciclo del Entroido con una afluencia de gente notable, muy superior a la de ediciones anteriores y beneficiada por el buen tiempo que hizo ayer domingo, con temperaturas más propias de la primavera que de la estación actual.
Pasadas las seis de la tarde ayer, la capitalidad de A Limia era un verdadero hervidero de aficionados a la gran fiesta carnavalesca. Despues del primero de los círculos que tuvo lugar en la Praza Maior, los participantes en la fiesta se dirigieron por la zona de vinos hasta la plaza de Oriente, donde acabarían rompiéndose alrededor de 70 olas.
Las 80 primeras cayeron en la primera de las rondas, en las que este año volvió contar con representación femenina, aunque escasa: una sola mujer entre una treintena de varones. Precisamente, uno de ellos protagonizó la anécdota del día, al ver como una de las vasijas voladoras impactaba en su cabeza sin mayor consecuencia que la de un leve hinchazón que no precisó atención médica.
La esquina Cinco rutas cerró el corro de círculos (tres para los mayores) a última hora de la tarde, dejando paso al descanso y a la recuperación hídrica de tanto esfuerzo, con la degustación de las botellas de vino que los participantes menos hábiles debieron de satisfacer en los bares de la zona.
La jornada arrancó en sesión matutina con los más pequeños de lugar, que también en la Praza Maior vivieron su particular 'oleiro'.
