AFILANDO INCONFORMISMOS

Sara Casasnovas: "Donde estoy, soy. Esa es mi conquista, ser yo misma"

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photo_camera AFILANDO INCONFORMISMOS | Sara Casasnovas.
Sara Casasnovas afila su inconformismo con La Región

Actúa, escribe, dirige y canta. Sara Casasnovas (Ourense, 1984) no se conforma con un único espacio de creación, necesita probar y experimentar. Lo hace desde la sonrisa que forma parte de su esencia, aunque la vida no se lo haya puesto siempre fácil. Ha sido muchas mujeres: desde la Electra de Galdós en teatro, hasta, tal vez, su personaje más popular, Alicia Peña, en la serie “Amar en tiempos revueltos”. Acumula premios por sus interpretaciones y en estos momentos, además de seguir haciendo canciones con su banda, Lobeira, está pendiente de los estrenos de “Cerebral”, película rodada en Texas y de “Mi Les Paul”, rodada en República Dominicana. Un espíritu inquieto e inconformista.

Alevosía es el nombre de su primer proyecto como directora de largometraje, ¿Por qué y cómo surge la idea de este trabajo?

Empecé a gestarlo hace unos seis años, en este tiempo buscaba el lenguaje y el tono de la película. La ficción se entremezcla con materiales de archivo que dialogan entre si llegando a confundirse en una película que cabalga entre Frankestein y Cabaret.

Me fascinan las fronteras del lenguaje

La historia se fundamenta en las vivencias que he tenido en los últimos diez años tras la experiencia de haber sido víctima de un intento de asesinato por parte de un fan enamorado de mi trabajo. La enfermedad que sufre se llama erotomanía, y es un vértice de la película. Traspasa los límites de la ficción y atenta de forma violenta contra una realidad que no puede asir. Me fascinan las fronteras del lenguaje. La paradoja es que cuanto más popular te haces en esta profesión, más expuesto estás y mayor es el riesgo de que algo así pueda suceder. El proyecto recibió una ayuda a desarrollo y Premio de SGAE y de la Asociación de guionistas que ayudó a seguir puliendo el guión.

¿Era una necesidad?

Continúa siéndolo. Cada día pienso en planos, ritmos, y diálogos de relación para ser fiel a la esencia de lo que se cuenta. Y avanzo, hasta que aparezcan las personas que ahora la película necesita para ser producida.

Usted tiene una reconocida trayectoria como actriz y ya dirigió algunos cortos. ¿No se conforma con los terrenos ya conocidos?

Necesito crear, es mi naturaleza. Trabajo con lo que tengo, con mi verdad y mi piel, y el entorno está en constante cambio. Me adapto, tomo nuevas herramientas y sigo.

En 2017 la persona que quiso agredirla fue expulsada de España. En aquel momento declaró que “ ahora estoy dispuesta a continuar mi vida como siempre he continuado, a seguir trabajando, a seguir sonriendo... porque al mundo le hace mucha falta una sonrisa, y a seguir bailando”. Seis años después, ¿ha cumplido con esa declaración de intenciones?

Con creces. Sobre todo porque la vida me ha puesto en situaciones donde he tenido que sacar carácter y ese temperamento ha protegido a mi lado vulnerable. He aprendido a amar las espinas y a guiarme por una intuición que en ocasiones he negado a cambio de una idea de seguridad. Sonrío cada día, y si, pienso que hace falta.

Afirmaba también entonces que su trabajo se vio resentido tras el ataque, ¿cómo lo vivió y cómo superó esos momentos?

Me echaron del trabajo que tenía en tv en aquel momento, tal vez porque pensaban que era mejor para mi, pero nadie me preguntó. Me quedé sin voz porque, aunque todos los programas del corazón y la prensa me asediaban hasta el punto de tener que mudarme de vivienda, no quise alimentar aquel tipo de interés.

Seguí siendo yo misma, con mi temperamento y mi libertad, con mi humor y mi risa

Fueron años de lucha jurídica, buscar trabajo digno y capear acoso durante años hasta desarrollar una psicología y estrategias que han logrado mantenerme a salvo, a mi y a unas cuantas mujeres más. Y seguí siendo yo misma, con mi temperamento y mi libertad, con mi humor y mi risa, reformulando el tipo de artista que soy.

¿Qué la hizo querer ser actriz?

No sabría decirte si hubo un detonante. Empecé siendo niña y mi consciencia sobre esto fue cambiando con los años. El juego y la curiosidad me llevaron al teatro, pronto me ofrecieron papeles y aquello me reportó independencia económica para viajar y seguir curioseando. Tiene que ver con la comunión de grupo, con esos momentos mágicos en los que desapareces para formar parte de algo sagrado que revela la obra.

Sara Casasnovas: “Hago cine para quitarme clavos”
Sara Casasnovas: “Hago cine para quitarme clavos”

¿Qué busca dirigiendo?

Me encanta ayudar a otros a contar su historia y ser parte de ella, del mismo modo también necesito poner el foco en lo que me clama dentro y es de ley tomar las riendas cuando eso ocurre. Confío en mi mirada, la tengo muy clara. Cada canción que escribo o cada escena de la película son parte de un exorcismo. Hago cine para quitarme clavos.

Aseguraba hace unos años que su momento vital se enmarcaba en un momento de lucha, renovación y resurgimiento. ¿Cómo es el momento de ahora?

Empleé unas palabras que siguen definiendo mi momento actual. Donde estoy, soy. Esa es mi conquista, ser yo misma. Y hacer de la caída un paso de baile, como decía Pessoa.

El año pasado fue un año dulce para el cine gallego, ¿a qué se cree que se debe? ¿Será un éxito pasajero o ha venido para quedarse?

Las alianzas son importantes. A veces parece que sólo cuando nos ven afuera valoramos lo que tenemos. Han emergido cineastas interesantísimos en Galicia, Oliver, Enciso, Paula Cons… o veteranos como Mario Iglesias o Coira. Muchos son artistas que han estado siempre ahí y siguen peleando por contar sus historias desde la producción, la imagen, el sonido o la interpretación.

¿Qué es para usted cine gallego? ¿Su trabajo se enmarca en él?

Cine galego es el que preserva la identidad que nos define. Como pueblo tenemos una lengua, un carácter y una cultura que nos es propia y que crece a medida que se comparte. La raíz y la forma de ser van con una y mi trabajo también tiene esa huella. Ya se sabe, lo más particular es también lo más general.

¿Hay alguna historia que tenga a Ourense como centro que le gustaría contar?

Si. Mi abuelo fue un músico reconocido en la ciudad. Siempre lo recuerdo tocando, hace algún tiempo leí un artículo de prensa que hablaba de que los estudiantes que pasaban a aprender música a su casa, y la de mi bisabuelo antes que él, no podían disociar las notas del olor a comida que cocinaban mi bisabuela o mi abuela. Caldo y bemoles. Me emocioné mucho leyendo aquello. Esa es la historia que me gustaría contar, tocando el órgano de la iglesia como él hizo en tantas ocasiones.

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