Los vecinos de Paderne de Allariz afectados por la futura construcción del parque empresarial del Val da Rabeda reclaman que se desplace unos metros el polígono. Pretenden evitar así que el pueblo quede encajonado y sin posibilidad de expansión y que no haya que expropiar ninguna vivienda.
Primero fueron los precios del metro cuadrado y ahora su ubicación. El proyecto de la Xunta de Galicia del gran área empresarial del Val da Rabeda, que empezará en terreno de los municipios de Taboadela y Paderne de Allariz, se está encontrando con el descontento de los vecinos afectados en este último municipio.
Tras la reunión del pasado sábado de la asamblea de propietarios de las parroquias de Solveira y Figueiredo (unos 240 afectados), la mayoría de los titulares de las fincas afectadas (salvo 13) han decidido aceptar la nueva oferta de la Consellería de Vivenda (6 euros el terreno de monte bajo y 9 euros el labradío). No obstante, sobre la mesa han puesto otras reivindicaciones, que ayer le fueron trasladadas al delegado de Vivenda, Antucho Espinosa. Estos vecinos reclaman que se desplace unos metros hacia atrás la parte del polígono que se prevé construir en Paderne para evitar que se vean afectadas las viviendas (al menos cinco deberían ser expropiadas) y para no dejar al núcleo urbano del pueblo de Solbeira encajonado. Lo que queremos es que haya un espacio suficiente de metros y terreno entre el polígono y el pueblo porque si no, queda limitado por el río, la carretera de Maceda y el polígono, dejando a Solveira sin ninguna posibilidad de expansión, explican los afectados.
Seguimiento
Estos asuntos deberán ahora tratarlos directamente con Xestur, por lo que los vecinos empezarán a mantener reuniones con su responsable. Si bien, el delegado de Vivenda les trasladó ayer que, de no haber problemas técnicos para hacer la modificación, se estudiará la posibilidad de desviarlo dado que el plan del parque empresarial aún no se ha desarrollado completamente, según los vecinos.
Asimismo, los propietarios de estos terrenos reclaman una comisión mixta para el seguimiento del desarrollo de este proyecto industrial, integrada por la comisión de afectados y Xestur.
Tras la reunión del pasado sábado de la asamblea de propietarios de las parroquias de Solveira y Figueiredo (unos 240 afectados), la mayoría de los titulares de las fincas afectadas (salvo 13) han decidido aceptar la nueva oferta de la Consellería de Vivenda (6 euros el terreno de monte bajo y 9 euros el labradío). No obstante, sobre la mesa han puesto otras reivindicaciones, que ayer le fueron trasladadas al delegado de Vivenda, Antucho Espinosa. Estos vecinos reclaman que se desplace unos metros hacia atrás la parte del polígono que se prevé construir en Paderne para evitar que se vean afectadas las viviendas (al menos cinco deberían ser expropiadas) y para no dejar al núcleo urbano del pueblo de Solbeira encajonado. Lo que queremos es que haya un espacio suficiente de metros y terreno entre el polígono y el pueblo porque si no, queda limitado por el río, la carretera de Maceda y el polígono, dejando a Solveira sin ninguna posibilidad de expansión, explican los afectados.
Seguimiento
Estos asuntos deberán ahora tratarlos directamente con Xestur, por lo que los vecinos empezarán a mantener reuniones con su responsable. Si bien, el delegado de Vivenda les trasladó ayer que, de no haber problemas técnicos para hacer la modificación, se estudiará la posibilidad de desviarlo dado que el plan del parque empresarial aún no se ha desarrollado completamente, según los vecinos.
Asimismo, los propietarios de estos terrenos reclaman una comisión mixta para el seguimiento del desarrollo de este proyecto industrial, integrada por la comisión de afectados y Xestur.
