Rubén Diz, tercero, no fue el único participante de la provincia de Ourense, hubo 435
La Vigo-Bayona es una fiesta. Todo amante del atletismo la tiene marcada desde meses en el calendario. Con una mañana soleada y sin rachas de viento, los más rápidos hicieron muy buenas marcas y pusieron emoción a los kilómetros finales.
Hay que aplaudir la organización. Todo estaba perfectamente. La Vig-Bay es una carrera perfectamente organizada para que nosotros, los atletas, nos encarguemos de disfrutar gracias a la perfecta sincronización.
Hablemos de la prueba. Es muy emocionante ver a muchos atletas debutar en su primera media maratón y ver cómo gente de cualquier edad se emociona y llora como si fuesen niños al cruzar la línea de meta. Como experiencia personal debo ser realista y hacer examen de conciencia. Algo está fallando. No estoy cumpliendo mis objetivos y veo mis marcas muy lejos de lo que tenía planeado. Pero esto es así de duro. Llegaran los momentos álgidos. Sin embargo, no se consiguen solos. Detrás de un corredor hay una motivación, una familia, un amigo, algo o alguien que en cada momento de bajón consigue sacarte esa punto de motivación extra y hacer que no tiremos la toalla. A veces basta con un abrazo, un mensaje de apoyo o simplemente una sonrisa.
Estoy muy orgulloso de poder hacer lo que me gusta rodeado de la gente que quiero. Nosotros, yo y mis compañeros, ya somos una familia. Sin ellos nada cobraría sentido. Entrenamientos bajo la lluvia, bajo el sol. Da igual, todo se resume en divertirse. Y lo hemos hecho.
