El Pazo dos Deportes ha vuelto a vivir una gran fiesta. Sucede lo mismo cada vez que el Aguas de Sousas Ourense disputa un partido.
Por séptima vez esta temporada el feudo ourensanista ha sido un hervidero de gente de todas las edades. Hijos, padres y abuelos han vuelto a disfrutar una vez más de las actividades paralelas propuestas por una directiva que no ceja en su empeño de lograr que Ourense vuelva a pensar, sentir y vivir el baloncesto. Cada partido supone una buena excusa para hacer que la gente continúe enganchándose a un club que ya ha dado unas cuantas alegrías y que seguro dará muchas más. Afición, directiva, técnicos y jugadores caminan en perfecta comunión.