Después de ocho meses de competición, la Preferente Sur tocó a su fin y lo hizo con un balance muy diferente para los equipos ourensanos. Hacía muchos años que no había seis equipos de la provincia en la categoría y eso se notó a efectos clasificatorios. La cara positiva se encuentra en la UD Ourense y el Barbadás. Los unionistas completaron un curso prácticamente impecable y terminaron logrando el único e innegociable objetivo de la temporada, el regreso a Tercera Federación tras el doloroso descenso del año pasado. Dominaron desde el principio la competición y tan solo cedieron una derrota en toda la liga, unos números que le permitieron lograr el salto de categoría varias jornadas antes del final del campeonato liguero.
Cerca estuvo de dar la gran campanada el Barbadás. Los azulones, que iban de tapados, se plantaron en la penúltima jornada dependiendo de sí mismos para lograr el ascenso a la máxima categoría del fútbol gallego. Lo tuvieron en su mano, pero una derrota ante el Gran Peña en Os Carrís les privó de ello. No obstante, lograron un merecido tercer puesto que les da la oportunidad de jugar contra la Sarriana en Chantada (domingo a las 18:00 horas) por un puesto en la fase previa de la Copa del Rey. Sin duda alguna, un gran aliciente para la joven plantilla dirigida, por tercera temporada consecutiva, por Agustín Ruiz. Junto a los ascensos de UD Ourense y Gran Peña en el grupo sur, se unieron los de Arteixo y Paiosaco en el norte. Cuatro equipos que competirán el próximo curso en Tercera.
En tierra de nadie
Uno de los equipos que estuvo en tierra de nadie fue el Verín, que tras clasificarse para la fase de ascenso, se quedó muy pronto sin opciones de luchar por las tres primeras posiciones, por lo que estuvo sin objetivos las últimas jornadas. Sin pena ni gloria, así pasó la temporada para un conjunto verinense que buscará el siguiente curso dar el salto a la Tercera Federación.
En la cara negativa de la temporada aparecen Nogueira, Velle y Polígono, que consumaron el descenso a Primera Galicia. El primero de ellos en caer fue el equipo industrial, que varias semanas antes del final de la segunda fase, ya había bajado de categoría.
Mucho más cerca de la permanencia estuvieron los afiladores y los de Peluso, que hasta la última jornada tuvieron opciones de lograr la salvación. Los de Luíntra no realizaron un mal año, pero el sistema de competición, les perjudicó. Más complicado fue el año para un Velle que tras el cambio de entrenador pasó una época irregular, pero que en el último tercio de liga fue de los mejores equipos y a punto estuvo de salvarse.
Cuando mejor estaban los ourensanos, la liga tocó a su final. Ahora toca descansar, pero pronto volverá a rodar el balón por los campos.
