El equipo ourensano perdió su condición de invicto como local ante un líder Burgos que demostró estar a otro nivel
Era el mayor reto de lo que llevamos de temporada. Choque de rachas. A un lado, la del Campus, invicto en el césped del Universitario. Al otro, un UBU Burgos que contaba los 17 partidos disputados por victorias. Al final de 80 minutos de juego, los burgaleses añadieron una muesca más a su revólver tras superar con solvencia a un equipo ourensano que trabajó sin bajar los brazos ante un rival de otra categoría. El 0-68 final habla claro.
La motivación y las ganas de tomarse la revancha del partido de ida (también con claro triunfo del Burgos) espolearon a un Campus que salió bien. Supieron frenar las acometidas visitantes, provocar sus fallos en zona de ataque e, incluso, tener la opción de ensayar. Pero fallaron en el último pase.
Tras el empuje inicial, la maquinaria del líder se puso a carburar. Aprovecharon una melé para romper el muro y colocarse 0-7, gracias también a un Calle casi perfecto en las patadas.
A punto estuvo de dar la réplica el Campus con una patada a seguir que se fue larga. Y claro, el "coco" no perdona. Movimiento del oval y 0-14. Incluso antes del descanso, a pesar del intento de reacción local, lograron meter más tierra de por medio con otro ensayo y transformación en el último suspiro, 0-21.
Al equipo que dirige David Monreal no le quedaba otra que seguir batallando. Pero la segunda mitad se hizo muy larga. Con el viento en contra (también meteorológicamente hablando) solo hubo un equipo sobre el verde. Los ensayos fueron cayendo mientras, en la grada, la expedición burgalesa con su entrenador Álvaro González protestaba cada acción de juego. Algo que hicieron desde casi el calentamiento. Está claro que el señorío no va ligado a las victorias.
Con huecos y a campo abierto, el Burgos demostró que está hecho para otra categoría. Los ourensanos suficiente tenían con seguir pelando ante un contrincante también superior físicamente. Dos polos opuestos.
Por ello la racha del Campus en casa llegó a su fin. Para deshacer el idilio con el Universitario tuvo que llegar el rival más temible de la categoría. Ahora los ourensanos buscarán recuperar fuera (asignatura pendiente) lo que se escapó de su casa.
