Atendidas las urgencias de los futbolistas, los centros médicos privados no están realizando ningún seguimiento postraumático a los deportistas
El pasado viernes se hizo público en La Región el conflicto del seguro médico en el fútbol gallego y la 'crisis' no hace más que crecer a medida que avanzan los días. Como ya se explicó en estas páginas en días anteriores, a pesar de que aunque los futbolistas y clubes tengan pagada la licencia federativa y con ello el acceso al seguro médico obligatorio por ley, y aunque la Federación Gallega de Fútbol (FGF) no tenga la póliza firmada con la aseguradora, los centros médicos privados están atendiendo las urgencias de los futbolistas lesionados. Su código de actuación, la 'lex artis', es clara al respecto (presta la atención sanitaria urgente y después ya se verá quién paga).
Pero a pesar de que desde el primer día se ha hecho hincapié en que esa atención inicial al lesionado está asegurada, el problema no ha hecho más que comenzar. Y es que en este momento no está garantizada la continuidad asistencial del lesionado. Es más, no es que no esté garantizada esa continuidad asistencial, es que no se está prestando.
La Federación Gallega de Fútbol ha intentado tranquilizar a los clubes insistiéndole en que ningún futbolista quedará sin atender y que la factura generada será sufragada bien por la compañía Adeslas en caso de llegar a firmar la póliza puesta sobre la mesa, bien por la Mutua de Futbolistas Españoles, o incluso por la Federación Gallega. El asunto de la atención de la urgencia estaba fuera de toda duda pero el problema radica en el seguimiento médico de la lesión. Da igual que la FGF diga que paga ella, la mutualidad o la aseguradora que al no estar firmado ningún concierto no puede existir atención.
Sin coberturas
De esta manera, por mucho que un lesionado haya ido a un centro médico a cerrar por ejemplo una herida con puntos de sutura, a partir de ese momento no habrá ningún profesional que se haga cargo de la evolución. Y es que a partir de la urgencia no hay más cobertura al no haber una póliza en vigor.
