Las derrotas son siempre complicadas de asimilar. Es la cara negativa del deporte y el objetivo común a evitar sea cual sea la disciplina en competición. Pero en el equipo de baloncesto femenino del Guadalajara las derrotas son su inevitable compañero de viaje desde hace casi dos años.
El Segle XXI fue el último equipo al que derrotó (10 de abril de 2010) un Guadalaja histórico después de encadenar 20 años en las dos primeras categorías nacionales.
Nada que ver el club actual, maniatado por las limitaciones económicas y la escasa repercusión mediática con un club que empezó el siglo en la máxima categoría y que quiso pelear por recuperar la plaza perdida varios años seguidos con jugadoras como la pívot ourensana Susana Senra.
Del talonario se ha pasado a juveniles con pasión por su deporte, alguna veterana sin galones en la Liga, tres senegalesas de escaso nivel y una letona que tampoco mejora lo anterior. Un equipo que fue zarandeado por el líder Bembibre en la última jornada (88-37) y que acumula ya 46 partidos consecutivos sin echarse una alegría a la boca.
Números complicados de digerir para un club claramente secundario en una ciudad que no alcanza los 85.000 habitantes pero con un equipo de fútbol en Segunda A y otro en la Liga Asobal de balonmano. Un club que fundó Juan Carlos García Ares y que ahora tiene a su fundador como presidente, entrenador y médico. La clave de la supervivencia de un equipo cuyo mérito es haber aprendido a levantarse incluso antes de recibir el golpe.
Nada que ver el club actual, maniatado por las limitaciones económicas y la escasa repercusión mediática con un club que empezó el siglo en la máxima categoría y que quiso pelear por recuperar la plaza perdida varios años seguidos con jugadoras como la pívot ourensana Susana Senra.
Del talonario se ha pasado a juveniles con pasión por su deporte, alguna veterana sin galones en la Liga, tres senegalesas de escaso nivel y una letona que tampoco mejora lo anterior. Un equipo que fue zarandeado por el líder Bembibre en la última jornada (88-37) y que acumula ya 46 partidos consecutivos sin echarse una alegría a la boca.
Números complicados de digerir para un club claramente secundario en una ciudad que no alcanza los 85.000 habitantes pero con un equipo de fútbol en Segunda A y otro en la Liga Asobal de balonmano. Un club que fundó Juan Carlos García Ares y que ahora tiene a su fundador como presidente, entrenador y médico. La clave de la supervivencia de un equipo cuyo mérito es haber aprendido a levantarse incluso antes de recibir el golpe.
