El Pabellón, que mejoró tras el descanso, perdió en el Miguel Ángel ante el Lugo B por culpa de una mala primera parte
El talismán del campo Miguel Ángel se terminó. El Pabellón perdió su primer partido de liga en casa y lo hizo por culpa de una primera parte en la que estuvo muy por debajo de su nivel. El Lugo B lo vio, lo aprovechó y dio las gracias. Se puso 0-2 y de ahí en adelante nada se movería, a pesar de la mejor segunda mitad de los ourensanos.
Inicio frío e impreciso de los jugadores de Guillermo García. Malas vibraciones. Parecieron reaccionar los blanquiverdes con un acercamiento de Bravo y un disparo arriba de Álvaro en buena posición. Pero fue un espejismo. Los tres atacantes lucenses llevaban el peligro. Toques y combinaciones que desarbolaban a la zaga local, a excepción de un Diego notable todo el partido. Y así, dos acciones, y 0-2 en el marcador antes de la media hora.
El final del primer tiempo dejó la ocasión más clara para el Pabellón, pero David Quintá mandó fuera el mano a mano. Justo después, el Lugo B falló la sentencia. Descanso.
A grandes males grandes remedios. García hizo tres cambios buscando revitalizar al equipo. Funcionó. Iván, Yago y Ferreiro dieron un plus de intensidad que contagió a sus compañeros. Villar, en dos ocasiones, y Jar tuvieron la opción de meter a los suyos en el partido. Pero no era la tarde. Voluntad, no siempre precisión, pero otra cara distinta. Demasiado tarde. Hasta el larguero se cruzó por el camino en el tiempo de prolongación.
El 0-2 final deja a los ourensanos sin subirse de lleno al tren de los puestos de ascenso. Concedieron demasiado.
