El entrenador del Aguas de Sousas Rafa Sanz atribuyó la derrota contra el Huesca a la pérdida del control del ritmo del partido

'Nos faltó físico y mentalidad'

Guille Yango intenta pasar el balón a Jeff Bonds ante la oposición de los jugadores del COB Salva Arco y Ondrej Starosta. (Foto: heraldo huesca)
Sereno, dentro de las circunstancias, el entrenador del Aguas de Sousas Ourense, Rafa Sanz, resumió el partido realizado por su equipo como 'un primer cuarto muy bueno y tres malos'.
Gustó el comienzo al técnico cordobés. 'Jugamos con muy buen criterio en el ataque, buscando balones dentro y pasando con inteligencia. La defensa también fue destacable'. Su equipo alcanzó los 17 puntos de ventaja en el segundo cuarto, pero Sanz ya advirtió el problema desencadenante de la derrota. 'Atacamos con acierto pero menos criterio. Lo peor es que el partido incrementó el ritmo, perdimos el control y permitimos al Huesca correr, hacer justo lo que querían', explicó Rafa Sanz.

'El tercer cuarto fue nefasto. A partir de aquí nos faltó oxígeno y carácter. Incluso cuando dominábamos el marcador la sensación fue de que el Huesca nos iba a remontar'. ¿Cuestión psíquica? 'El peso de las derrotas y de nuestra situación es evidente. Acusamos una factura mental que complica nuestras opciones de competir. Hubo un punto de inflexión en el último cuarto. Realizamos cuatro defensas buenas y nos pusimos a seis puntos, pero Bonds anotó un triple y nos mató', recordó Sanz, quien lamentó además el mal porcentaje de acierto en los libres -apenas un 54 por ciento- y diversos fallos en situaciones de ataque relativamente sencillas.

No faltó implicación del equipo. 'No podríamos acusar a nadie de falta de intensidad o de ganas. El problema fue que nos disolvimos cuando el rival nos apretó y no existe hoy un botón para apretar y cambiarlo todo. Acusamos muchos meses de retraso, no estamos preparados para competir y responder a este nivel. Es una cualidad que se adquiere con un tiempo que ahora apenas disponemos', insistió el entrenador del COB.

Difícil, cuando no imposible situación. A cuatro victorias de cualquier rival y con sólo siete partidos de margen para reaccionar. 'Nuestro deber es seguir peleando hasta el final de la temporada. Nuestro deber es pelear incluso si el descenso se consuma antes del final de la liga' exige Sanz. 'No he hablado con el equipo, los análisis no se hacen en caliente, sino después del partido. Ahora tenemos que trabajar y centrarnos en el próximo partido'.

Será contra el Cáceres, el viernes en el Paco Paz. Rival que ayer perdió contra el Breogán (75-90).

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