El equipo entrenado por Luisito pagó cara su mala primera mitad en Zamora y sigue en caída libre sumando sólo uno de los 12 últimos puntos en juego.
El Ourense padeció en Zamora el tedio y la falta de motivación que le espera de aquí al final de temporada. Encajó una nueva derrota sin repercusión alguna en la clasificación. Bajó a la novena plaza pero eso ya es testimonial cuando no hay premio al que aspirar ni castigo que temer.
El partido se ajustó al guión previsto. El Zamora fue mejor de inicio, encarriló el partido y no tuvo problemas para amarrar los tres puntos. El Ourense pagó el peaje de la falta de motivación y tiró de orgullo y calidad individual para maquillar después la imagen y salir con la cabeza alta.
Ya al inicio Corzo y Pato se empeñaron en complicarse la vida en un balón sin peligro alguno y confirmaron la falta de chispa comprensible y lógica en un equipo para pocas bromas. Poco después Santos avisó del peligro en una buena combinación y acto seguido una pared por el centro, con la mirada como único oposición de la defensa ourensana, terminó en el gol de Jorge Hernández.
Más colaboración aún hubo en el segundo gol. Un centro sin peligro que Campillo envió en el despeje a la red de la portería de Pato. 2-0 y amenaza de goleada que se quedó en un susto.
El Zamora no tuvo fútbol para hacer más daño, Pato sacó dos buenas manos en la recta final de la primera mitad para evitar la goleada, y los cambios y el marcador adverso hicieron de acicate en la segunda.
El Ourense dio un paso al frente. Empezó a llegar al área. Sin peligro pero al menos mejorando su imagen. Con más de media hora por jugar llegó el gol. Penalti sobre Javi Hernández y Alegre no perdonó.
De ahí al final poco que llevarse a la boca. Ocasiones contadas y sin peligro alguno. La última, una falta cerca del área que Adrián Cruz envió muy por encima del larguero visitante.
Derrota para un Ourense que sólo ha sumado uno de los últimos 12 puntos en juego. El domingo toca recibir en el campo de O Couto a la Leonesa.
