ANÁLISIS

Suspendido el deporte provincial, habrá que hablar con la familia

El fin de semana más atípico en mucho tiempo permitió centrarse en otras "olvidadas" actividades

Fin de semana raro. De esos en los que te das cuenta de lo importante que es el deporte en el día a día. Entre los festivos y el puente (acueducto más bien) que detuvo unas cuantas competiciones, y que el temporal se cargó otras tantas, la actividad quedó reducida a la mínima expresión. Padres y madres que pudieron dormir sin alarma porque no había niño al que acompañar, directivos que podían prolongar sus comidas familiares o deportistas que cambiaron su propio esfuerzo por practicar un poco de "sillón ball", con el cabeceo y el descansar de ojos incluido. 

Falta algo. Sensación de vacío que obliga, como espectador, a agarrarse a modalidades o categorías que habitualmente se quedan fuera de nuestro radar deportivo. Aparecen los Iván Feijóo en ciclocross, el rugby o el voleibol, demostrando que no todo es fútbol. 

Un fin de semana de esos con pros e contras. Aunque buena parte de lo que sí se disputó nos lo podíamos haber ahorrado. Lo del COB va más allá de la preocupación. Asusta mirar el balance y la situación en la tabla. Más vale que aquello de "año nuevo, vida nueva" se cumpla a rajatabla. Porque si no...

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