Un gol de Juli dio la victoria a los locales, que acarician ya la permanencia
Partido demasiado parejo el que disputaron en Santo Domingo Alcorcón y Lugo, dos equipos separados por tres puntos en la clasificación y que ofrecieron una tarde de poco fútbol, sobre todo en los primera mitad.
El Alcorcón, quizá por su condición de local, salió con algo más de mordiente que su rival y tuvo un par de acercamientos en los primeros minutos, uno por la banda derecha de Fernando Sales y otro por la izquierda de Juli, pero en ambos casos sus centros, después de pasearse por el área pequeña del Lugo, no encontraron rematador.
El conjunto gallego, bien posicionado sobre el campo con un 4-3-3, se mostró muy sólido sobre el césped, con las líneas muy juntas, y suyas fueron las dos primeras ocasiones del partido. La primera, un disparo a los 7 minutos de Iago Díaz que paró Dani Giménez, y la segunda un remate de cabeza del franco-italiano Vincenzo Rennella que se marchó fuera.
Esas dos acciones fueron un espejismo de lo que ofrecería después el Lugo, ya que según pasaban los minutos su juego se fue diluyendo hasta el punto que no volvió a gozar de ninguna ocasión y no sacó ningún córner a favor en los primeros 45 minutos.
El Alcorcón no ofreció muchas prestaciones más, puesto que se mostró escaso de ideas en la medular y solo salió del tedio al filo del descanso con un remate a la carrera de Fernando Sales, a pase de Oscar Plano, que atrapó por bajo Dani Mallo.
En la segunda mitad, el Alcorcón salió en tromba y a los siete minutos, tras botar dos saques de esquina, se adelantó en el marcador con un gol de Juli de penalti tras una falta de David Prieto sobre un jugador alfarero dentro del área.
El gol supuso unas dosis de confianza para el Alcorcón, que comenzó a jugar al ritmo que marcó el malagueño Dani Pacheco, muy activo en ataque desde el costado izquierdo y generador de todas las acciones ofensivas de su equipo.
Esa superioridad en el juego de los locales provocó que Quique Setien, técnico del Lugo, diera entrada a Iván Pérez y Pablo Álvarez para buscar nuevas fórmulas ofensivas, aunque el que se erigió en el hombre desequilibrante de su equipo fue Iago Díaz.
La réplica a esos cambios del Lugo, pero en plan defensivo, la dio el técnico local José Bordalás, que retiró a su delantero centro, Oscar Plano, para poner al defensa Mikel Iribas una línea por delante del mediocentro.
El mayor oficio del Alcorcón, que no se complicó en defensa ante los ataques del cuadro lucense, que pecó de nerviosismo, permitió que los tres puntos se quedaran en Santo Domingo. Con el pitido final, las gradas se tornaron en una fiesta para celebrar la salvación virtual del equipo madrileño.
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