La última vez que lo consiguió, con Pepe Murcia en el banquillo, se puso a tiro del ascensoal

El Celta busca encadenar tres victorias 14 meses después

Eusebio charla con Pedro Botelho en el transcurso del entrenamiento de ayer en A Madroa. Foto: nuria currás
La falta de regularidad ha lastrado al Celta en las últimas tres campañas. Desde que bajó a Segunda División, ha encadenado buenas actuaciones con otras pésimas. A saber, se ha empeñado en dar un paso hacia adelante para dar otros dos hacia atrás posteriormente. Pues bien, Eusebio Sacristán y sus hombres tienen en su mano acabar con esta tendencia suicida este sábado ante el Rayo.
Las victorias ante Albacete y Cartagena han alejado a los célticos del descenso, pero no es suficiente. Es el momento de acometer el asalto a la zona templada de la clasificación y, para ello, es necesario sumar, catorce meses después,tres triunfos consecutivos en Liga. Y es que Eusebio en su corta ca¬rrera como primer entrenador ha tenido más oportunidades para la¬mentar desgracias que para disfrutar alegrías. Para encontrar la última ocasión que el Celta sumó nueve puntos de nueve en juego (que luego se convertirían en doce de doce) tenemos que retrotraernos a los penúltimos estertores de Pepe Murcia en el banquillo vigués. Concretamente, al mes de enero de 2009. Tras un inicio de Liga lamentable, incluso peor que el de esta temporada, el conjunto celeste remontó hasta llegar al borde del ecuador de la competición con sus opciones de ascenso intactas. El Celta cerró el 2008 con una victoria de prestigio ante el todopoderoso Zaragoza (2-0). Una semana después, debía visitar Murcia, pero una inoportuna intoxicación alimentaria aplazó el encuentro. 2009 comenzó todavía mejor. Cayó en Balaídos otro de los gallitos de Segunda, el Hércules (2-1), y siete días más tarde los celestes saldaron su visita a Mendizorroza con victoria ante Alavés (1-2), un equipo que, en un giro inesperado del destino, acabaría convirtiéndose en el máximo rival de los celestes para mantener la categoría. Era la primera vez que el Celta encadenaba tres triunfos desde el descenso a Segunda y llegaría después otro más, frente al Sevilla Atlético (2-0). Nadie intuía entonces que sería el último en mucho tiempo y que Pepe Murcia caería y llegaría Eusebio Sacristán para sustituirlo. Ahora, el técnico vallisoletano tiene una buena oportunidad de acercarse a los logros de su homólogo cordobés.

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