Luis Aragonés y Vicente Del Bosque, dos maneras distintas de motivar pero con un denominador común, las dos condujeron a España al éxito

Charlas que hicieron campeones

Si no estoy en la final con este equipo soy un mierda. Sólo pido que jueguen y se diviertan jugando'. Fue Luis Aragonés en la charla a sus jugadores antes de la final de la Eurocopa 2008, en Viena. 'Somos futbolistas, nada más, luchamos con humildad y tenemos la pelota'. Fue Vicente Del Bosque antes de la final del Mundial 2010 en Johannesburgo. Dos estilos distintos que conducen al éxito.
'Nos ha llegado el momento tras dos años de lucha. Nos han metido hostias de todos los colores. Vamos a demostrarlo en el campo'. Así motivó Luis Aragonés a sus jugadores en la Eurocopa de hace cuatro años.

Su último aliento estaba repleto de motivación. Siempre con un guiño para restarle tensión a sus jugadores provocando la risa. Llamaba Wallace a Ballack. Repetía palabras que provocaban que los presentes no pudiesen aguantar la risa. Su 'condición física de base' o 'pasillo de seguridad'.

Un maestro en manejar el otro fútbol. 'No se puede perder los nervios, ya puede hacer el árbitro lo que haga. Como nosotros tenemos ahora jugadores más conocidos a los árbitros les gusta una palmadita. Es igual que a los líneas, les llamas por su nombre. Tiene cojones. Le digo Joseph. No sé ni pronunciarlo pero él dice, joder, me conoce'.

España cambió de seleccionador. Vicente del Bosque retomó con respeto el legado de Luis aplicando otro estilo y otras formas en el trato con el jugador.


LOS NIÑOS

En el vestuario su tono es diferente. Nunca levanta la voz. Se repetirá en el Olímpico de Kiev. Como en Johannesburgo. Antes del partido más importante de la historia del fútbol español, Del Bosque apeló a la imagen, al ejemplo que los futbolistas ejercen sobre los niños. 'En España hay muchos chavales para los que sois ejemplos. Hacedlo por ellos'.

'No caigamos en la trampa de ninguno. Empezamos fuerte. Es muy importante marcar el territorio. No podéis olvidaros que somos futbolistas, nada más. Luchamos, peleamos, queremos la pelota con humildad. Vamos a ser solidarios. No ser reservones, tímidos. Ser valientes', dijo apelando a la unidad y el compromiso.

Un balón en manos del capitán. Y en torno a Iker Casillas todos sus compañeros. Unidos. Sus manos sobre el balón, el amigo de todos, y un grito unísono: 'Ganar, ganar y ganar'. Es el ritual que volverá a seguirse antes de enfrentarse a Italia. Antes de poder ser leyenda si consiguen la triple corona.

'Del subcampeón no se acuerda nadie', les repetía Aragonés ya a punto de saltar al campo, con los alemanes enfrente, preparados.

'Campeones. La Roja' es una película que desveló todos los secretos del vestuario. El éxito continúa y seguro que tendrá una segunda parte. En ella se verá la conversación de Del Bosque con sus jugadores antes de afrontar la cita con la que pueden escribir historia en el fútbol, convertirse en la primera selección que conquista la triple corona. Antes del momento de la verdad habrá una charla que trate de guiar a los jugadores hacia la gloria.

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