Un colosal Felipe Reyes (17 puntos y 12 rebotes) fue determinante para la clasificación del Real Madrid, pero para ello tuvo que sufrir ante un Mad Croc Fuenlabrada (75-66) que resistió 35 minutos.
Reyes fue fundamental. En 23 minutos no pudo jugar mejor. Se entendió a la perfección con Sergio Rodríguez, dobló pases para Velickovic y se convirtió en la piedra angular de un Real Madrid que jugó sin continuidad.
Reyes firmó dobles figuras (17 puntos, 12 rebotes, 28 de valoración) y su dominio fue incontestable frente a un rival que plantó cara, que aguantó durante 35 minutos y que sólo se rindió cuando el físico y el desacierto exterior le faltaron.
A cinco minutos para el final, la sorpresa planeaba en el Sant Jordi. Una canasta de Diouf igualó el partido (59-59), aunque desde entonces hasta el final, el Real Madrid, ya con Reyes en pista, no dio ni una opción a su rival. Porque salvo en los cinco minutos finales, el equipo de Laso nunca se sintió cómodo.
A la hora de la verdad, Reyes reclamó su cuota de jugador determinante junto con Velickovic. El Fuenlabrada resistió hasta el 59-59, de aquí hasta el final el Madrid jugó su mejor baloncesto.
Reyes firmó dobles figuras (17 puntos, 12 rebotes, 28 de valoración) y su dominio fue incontestable frente a un rival que plantó cara, que aguantó durante 35 minutos y que sólo se rindió cuando el físico y el desacierto exterior le faltaron.
A cinco minutos para el final, la sorpresa planeaba en el Sant Jordi. Una canasta de Diouf igualó el partido (59-59), aunque desde entonces hasta el final, el Real Madrid, ya con Reyes en pista, no dio ni una opción a su rival. Porque salvo en los cinco minutos finales, el equipo de Laso nunca se sintió cómodo.
A la hora de la verdad, Reyes reclamó su cuota de jugador determinante junto con Velickovic. El Fuenlabrada resistió hasta el 59-59, de aquí hasta el final el Madrid jugó su mejor baloncesto.
