El equipo español de sincronizada despide la competición subido en el podio, sólo por detrás de las rusas y de las chinas

El sexto bronce en Shanghái

Las españolas, durante el ejercicio que les valió una medalla de bronce en los Mundiales de Shanghái.? (Foto: KIM LUDBROOK)
El equipo español de natación sincronizada, compuesto por Alba Cabello, Andrea Fuentes, Ona Carbonell, Thais Henríquez, Paula Klamburg, Claria Basiana, Marga Crespi e Irene Montruccio, cerró la competición con su sexta medalla en los Mundiales de Shanghái, al conseguir el bronce en la final de artística por equipos, con una rutina inspirada en la variedad de la vida marina. Por delante de ellas sólo acabaron el imbatible equipo de Rusia y la anfitriona China, arropada en casa por un entusiasta estadio.
El ejercicio de Rusia volvió a ser técnicamente imbatible, con las ocho nadadoras sincronizadas con gran precisión y acrobacias de alto riesgo, como un doble salto mortal hacia atrás que si ya es difícil de conseguir en el trampolín dejó boquiabierto a los aficionados de Shanghái por su espectacularidad en medio del ejercicio.

Las españolas llevaron a cabo sus acrobacias sin equivocaciones, con mucha más seguridad que en las eliminatorias, y mostraron hasta qué punto ha madurado el equipo, a pesar del cambio generacional que afronta y de la carencia de una gran cantera en España como ocurre en Rusia, China o Japón.

En sólo dos años de preparación, y con sólo cinco de sus ocho componentes titulares con experiencia en el Mundial anterior de Roma 2009, las españolas se despiden de Shanghái con seis medallas y una buena base para seguir mejorando y desarrollando sus puntos fuertes de cara a los Juegos de Londres.

'Nos quedamos con la plata en el corazón y con el bronce en el pecho', subrayó la entrenadora española, Ana Tarrés. 'La jefa está contenta (por Tarrés), así que nosotras también', subrayó Alba Cabello.

Además, Kiko Hervás fue cuarto en la prueba de aguas abiertas de 25 kilómetros en la playa artificial de Jingshan. Con una temperatura del agua próxima a los 30 grados, los nadadores pasaron entre cinco y seis horas en el agua del mar de la China Oriental en la prueba más larga. En la femenina, Margarita Domínguez acabó octava.

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