Los sindicatos la responsabilizan del alto volumen de paro y de devaluar las condiciones laborales

La reforma laboral cumple un año entre críticas y pesimismo

Un trabajador del comercio se manifiesta ayer en Zaragoza. (Foto: JAVIER CEBOLLADA)
La reforma laboral del Gobierno del PP cumplirá hoy su primer año de vigencia entre críticas por los altos niveles de paro y de destrucción de empleo que registra la economía española. El 10 de febrero de 2012 el Ejecutivo aprobaba en Consejo de Ministros una reforma del mercado laboral, sin acuerdo de los agentes sociales, cuyo principal objetivo era, según el Gobierno, frenar la destrucción de empleo ofreciendo a las empresas más instrumentos para flexibilizar las condiciones laborales y evitar así los despidos.
'Un año después de la reforma se puede ver que no cumplió ninguno de los objetivos que se recogían en su exposición de motivos', denunció el secretario de Acción Sindical de CC.OO., Ramón Górriz. Górriz habla de 'fracaso', pues hay menos empleo indefinido, más destrucción de empleo y una 'devaluación' social y de las condiciones laborales. 'El objetivo de la reforma sólo fue el de incrementar el poder empresarial y devaluar la negociación colectiva', sostiene.

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, coincidía haciendo balance del último año en que la reforma laboral 'fracasó', a lo que añadía que 'ni funciona ni va a funcionar', porque lo que realmente genera empleo es el crecimiento económico. Además, UGT alertaba ayer de que la reforma laboral supuso 'una máquina de destrucción de empleo' que llevó al 'empeoramiento' de las condiciones laborales de los trabajadores.

Por su parte, el Gobierno está convencido de que su reforma sirvió para frenar la destrucción de empleo y apoya estas afirmaciones en el menor ritmo interanual de crecimiento del paro (del 13% registrado en mayo se pasó a un 8% en enero) y en el repunte de los ERE de suspensión temporal de empleo (+59,1% hasta noviembre) y de reducción de jornada (se multiplicaron por más de dos).

En la CEOE la valoración sobre la reforma laboral es más positiva, aunque en este caso los empresarios piensan que la ley se quedó corta. Así, entienden que se debe seguir avanzando en medidas de flexibilidad que garanticen avances en la capacidad de adaptación de las empresas.

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