Juan Carlos Durán, decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Galicia

“El sector energético es fundamental para el desarrollo de Galicia”

Foto: Santy
Juan Carlos Durán (Ferrol, 1977) es el decano de un colegio profesional más joven de Galicia. Al frente del Colegio Profesional de Ingenieros Industriales de Galicia desde finales de año, Durán apuesta por “ofrecer más y mejores servicios a los colegiados, sobre todo en materia de formación y empleo”.
Sin embargo “el mayor desafío será el de abrir el Colegio a la sociedad. Pienso que tenemos que dejar ese hermetismo que en ocasiones rodea a los Colegios profesionales y saber hacer llegar nuestro mensaje a la gente. Somos expertos no sólo en el sector industrial, también en el energético y en el de la construcción, por lo que tenemos mucho que aportar a esta sociedad”, dice. Durán, con una amplia experiencia profesional en el sector, ha declarado la guerra a la burocracia proponiendo un sistema de agilización de trámites ante la administración.
Con la construcción y el sector industrial afectados por la crisis, ¿el sector energético es la alternativa?
Es una de las más atractivas a corto plazo. Por eso celebro las palabras de apoyo del presidente de la Xunta al Plan Eólico en el debate del Estado de la Autonomía. El sector energético es fundamental para el desarrollo industrial de Galicia. Desde el Colegio apostamos por energías renovables que hagan disminuir nuestra dependencia de combustibles fósiles y también por potenciar el ahorro y la eficiencia energética.
¿Cuáles son las oportunidades?
Las mayores oportunidades para salir de esta fase de crisis económica están, precisamente, en apostar por el sector industrial. Creo que, junto al sector energético, el sector industrial gallego reúne todas las características para salir reforzado de esta crisis, siempre que sepa adaptarse a las nuevas exigencias del mercado. Este parón debe servir para que el empresario reflexione sobre lo que está haciendo y se pregunte cómo puede hacerlo mejor. La Xunta ha habilitado una línea de ayudas al I+D+i de más de 20 millones de euros. Ahí está una gran oportunidad.
¿Qué papel debe jugar el Colegio y, en general todos los colegios profesionales, en la actual coyuntura?
Creo que es el momento de dejar a un lado corporativismos inútiles e intentar aportar entre todos posibles soluciones que nos puedan sacar más rápido de esta crisis. Nosotros hemos dado un primer paso ante la Xunta y la Fegamp proponiendo una fórmula muy sencilla para reducir la burocracia y los trámites administrativos: el informe favorable con obligación de subsanar pequeños errores. No podemos permitirnos que una empresa no se instale en Galicia porque una Administración o el funcionario de turno dilate la tramitación 6 o 12 meses. Es inaceptable. Además, desde el Colegio vamos a colaborar con la Xunta a la hora de elaborar normativa e información sobre el sector industrial.
Muchos ingenieros ya preparan las maletas…
Esta misma semana me he reunido con alumnos de la Escuela Politécnica de Ferrol y lo cierto es que ven el panorama muy negro. La mayoría de ellos se está planteando ya irse a trabajar fuera de España y están estudiando inglés y alemán. Pero la situación no es tan sencilla pues carecen de la experiencia necesaria para los perfiles que se están demandando. Es cierto que hay ingenieros industriales que están marchando a trabajar fuera de España pero muy pocos se van porque han encontrado un trabajo, son muchos los que se arriesgan y se lanzan a la aventura. En los últimos meses se ha hablado mucho de Alemania o Noruega, pero son dos casos en los que no se buscaban recién licenciados, sino profesionales con experiencia. Además, en el caso de Noruega, exigían una experiencia concreta en el sector petroquímico, lo que limita el acceso de los jóvenes licenciados gallegos a estas ofertas.
El Gobierno ultima la Ley de Servicios Profesionales, polémica por eliminar la colegialización obligatoria, ¿qué le parece?
La verdad es que se trata de una ley tan anunciada que en el Colegio llevamos ya años preparándonos para cualquier tipo de escenario, bien por descenso del número de colegiaciones bien por la no obligatoriedad del visado. Hemos apostado por ofrecer unos servicios que hacen atractiva la colegiación como son un seguro de responsabilidad civil para los proyectos que se visen, una bolsa de empleo y un plan de formación continua. Por tanto, creo que el futuro del Colegio es optimista. Sin embargo hay algo que me disgusta profundamente en esa Ley de Servicios Profesionales y es que pretende equiparar a todas las ingenierías. Parece que quieren ponernos a todos el mismo nombre (ingenieros) y quitarnos el apellido. Y eso puede ser muy peligroso porque, al igual que yo como ingeniero industrial no estoy capacitado para construir un avión, tampoco un ingeniero matemático debería poder firmar proyectos de reforma de vehículos ante la ITV.

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