Alberto, el nieto de Eladia y el hijo de Sira y Saturnino

Os Peares. 16-09-16. Provincia. Visita de Alberto Núñez Feijoo á súa casa natal dos Peares.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Feijóo abraza a un vecino de la localidad de Os Peares.

El candidato a la Xunta por el Partido Popular se acercó a su localidad natal para rememorar y encontrarse con vecinos, amigos y familia.

No pudo ser el día que debía iniciarse la campaña electoral porque un trágico accidente de tren en O Porriño (Pontevedra) convirtió esa jornada en luctuosa y llevó a suspender el arranque de campaña, pero hoy sí Alberto Núñez Feijóo ha podido ir a Os Peares, la aldea en la que nació, a pedir el voto.

"Aquí es donde nací, el lugar en el que crecí y en el que comencé a tener conciencia y consciencia de ser gallego. Aquí nadie me llama presidente, nadie me llama Alberto. Soy el nieto de la señora Eladia y el hijo de Sira y Saturnino".

El nieto de Eladia, su abuela materna, y el niño que jugaba con la bicicleta y se subía por los árboles querido por todos los vecinos, como José Caride, Rosa o Emilio, que han recordado que siempre los visita, se sabe los nombres de todos y ni de pequeño era el típico chaval "revoltoso", no era un "trasto".

Ellos se han emocionado y el candidato del PP a ser reelegido por tercera vez no ha podido evitar que le sucediese lo mismo, y ello a pesar de que iba "predeterminado" a contenerse, pero ver a gente que creció con uno emocionada, pues "emociona", con lo cual en un par de ocasiones apenas ha hablado con un hilillo de voz, en esta la parada más importante de la carrera hacia las urnas, porque "lo que queda por decir es esto, de distintas formas", en definitiva, que haya un respaldo masivo hacia su partido.

En este lugar, donde empieza y finaliza la Ribeira Sacra, ha dicho que cuando uno cumple con su deber, como cree haber hecho a lo largo de estas dos legislaturas, se merece pedir la confianza de los demás y, por ende, las papeletas, que son las que determinarán cuál es el futuro de Galicia.

"Básicamente, hemos hecho cosas bien hechas" en este tiempo, ha manifestado, y son muchas las que tiene en mente, en un proyecto que ha estado presentando en diferentes puntos del mapa de la Comunidad.

Alberto Núñez Feijóo, que no cambia Os Peares por "ningún sitio", ha confesado que en esta zona, pegada a las vías ferroviarias, ya de niño aprendió "cosas muy importantes que me han servido para caminar por la vida".

Muchas de ellas de su abuela Eladia, que tuvo ocho hijos y enviudó siendo todavía joven.

Vivían varios parientes de la familia juntos, en una casa que ya no les pertenece, también sus tíos, varios de ellos solteros, -"entonces pasaba mucho"-, pero "se casaron todos" al final, ha comentado con una generosa sonrisa.

Os Peares es fronterizo con cuatro ayuntamientos de dos provincias, Ourense y Lugo, y esto le ha valido para apuntar que "un pueblo puede tener fronteras, pero lo que no puede tener es límites", por eso, en su caso, cree por ejemplo en todos los gallegos, "sin exclusión", porque no hay carnés de buenos y de malos.

"Galicia somos todos", ha expresado, y, a la ciudadanía le ha propuesto un trato, de esos tratos que se cierran cuando "las condiciones están claras", que es como debe ser, y es el de darles una mayoría estable con el objeto de poder seguir gestionando y de hacerlo con más ahínco y mejor.

Es su "sueño" y por él pelea, como ha trasladado en esta zona en la que antes había panaderías, dos de ellas de los suyos pese a que Eladia le daba pan duro porque "el mejor era así" y ya se sabe que en casa del herrero, cuchillo de palo; cuatro carnicerías y un sinfín de bares.

Por esos negocios aprendió lo que es llevar bien las cuentas e incluso la capacidad de fiar, porque "se daba crédito sin usura, si no podías pagar, pagabas más tarde", y ahí radica el valor de la confianza.

A Núñez Feijóo le han dado besos, lo han abrazado, le han preguntado hasta cuándo llevó pantalones cortos, como era costumbre, a lo que respondió que hasta que le mandaron, porque él no mandaba nada, y ha charlado de manera animosa con todos y cada uno, con los que se ha encontrado, incluso con una "mujer muy guapa" que se acabó llevando uno de sus primos.

No ha bajado la centenaria señora Ramona, que lo enseñó a hablar gallego, como también su abuela, su tía Rosalía, y otra tía suya, Celia, que era una celebridad.

Núñez Feijóo, acompañado por su tío Alfonso, y seguido su discurso por el presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, ha rememorado anécdotas de su abuela Eladia, que solo tenía un pequeño defecto, si es que puede llamarse así, y es que le gustaban únicamente los gatos y había un perro en un ultramarinos, de esos "Corte Inglés" que tenían las aldeas, que lo tenía enfilado y no existía manera de defenderse.

Ha sido uno de los chascarrillos entre una vecindad en la que reina la armonía y donde ha quedado claro que, como perros y gatos, no se llevan. Transcurran los años que sean, siempre hay una vuelta a casa, como la de este viernes, presidida por los carteles "Alberto, nuestro presidente" y "Os Peares. Orgulloso de Ti. Siempre contigo".

Si el pop español cuenta con Eladio y los seres queridos, Alberto o "Albertiño" tiene a su Eladia y a una amplia comitiva en Os Peares que le ha deseado, por un gran aprecio, el mayor de los éxitos en estos decisivos comicios.

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