El drama del candidato optimista

vianova
photo_camera Eladio Fernández, sentado al lado del cartel electoral de Vía Nova en el parque de San Lázaro.

Eladio Fernández, cabeza de lista de Vía Nova, pasó por PSOE y PP, se sobrepuso a la trágica muerte de su mujer, de su hijo y de su suegro y es una de las historias de partidos minoritarios como PACMA o Recortes Cero

Cuando Mariano Rajoy pasó hace una semana por los paneles electorales colocados en el parque se San Lázaro de Ourense giró la cabeza hacia un cartel en el que aparece un hombre gritando con gesto de enfado, puños apretados y un lema contundente: "Basta xa de calar!". A la propaganda de otras formaciones con escasas opciones de conseguir representanción en el Parlamento gallego como el Partido Comunistas dos Pobos de España-Comunistas de Galiza (PCPE), Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) o Recortes Cero-Grupo Verde no les prestó atención. Al lado del líder nacional del PP caminaba Manuel Baltar, presidente de la Diputación. Señaló el pasquín y seguramente explicó que el cabreado es Eladio Fernández, cabeza de lista por Ourense de Vía Nova Galicia, ex militante del PP y antes concejal del PSOE en Ourense, San Cibrao das Viñas, diputado provincial por el partido del puño y la rosa y líder del movimiento vecinal. 

"Hace siete años decidí abandonar el PSOE porque no me parecía que llevaba el camino adecuado. Después me hablan de la opción de un proyecto para levantar la provincia y por eso entro en el PP. Me presentó Baltar en rueda de prensa pero sólo estuve en el partido como militante, no como en el PSOE, en el que llegué a ser secretario provincial, pero me siento libre para entrar o salir de cualquier partido. No me fui decepcionado con nadie, simplemente creo que el tiempo es limitado y quiero aprovecharlo para hacer cosas". 

Eladio Fernández se sienta en la balaustrada del parque de San Lázaro al lado del cartel para la fotografía del reportaje. Desde que comenzó la campaña ha pateado los 92 concellos encolando su propaganda hasta altas horas de la madrugada. "Cada día estoy hasta las tres o cuatro de la mañana pegando carteles. No hay un sólo pueblo de la provincia por el que no hayamos pasado ni una fuerza política, ni siquiera nacional, que haya puesto tantos pasquines como nosotros", proclama con orgullo el presidente de una formación que fue alumbrada el pasado mes de abril. "Nova Vía nace porque en Galicia hay un espacio mayoritario de centro como somos los gallegos que está sin ocupar. Somos gente tranquila, que quiere trabajar aquí y desde Madrid o Bruselas non va a preocuparse de nuestros problemas", mitinea.

En estas elecciones Vía Nova sólo se presenta en Ourense y A Coruña. "Podíamos hacerlo en toda Galicia, pero no queremos correr. En A Coruña tenemos a una excelente candidata, Carmén Rodríguez, que conoce a fondo la Administración. Acabamos de nacer, hay una semilla en un terreno fértil. Venimos para quedarnos", añade. La campaña electoral le costará alrededor de 1.000 euros en cartelería sencilla porque no pueden competir con otras fuerzas por los espacios estratégicos. "A la gente le sorprende nuestro cartel. Fue idea de un fenómeno que podría estar en cualquier multinacional pero no nos ha cobrado nada", explica con orgullo. "De cada diez personas a las que le hablo, nueve se vienen con nosotros porque somos como los gallegos, tranquilos. El proyecto necesita tiempo pero va a triunfar con total seguridad".

Este abogado de 58 años que no aparenta, hijo de labradores de O Ribeiro, rezuma optimismo y eso que su vida ha sido una puñetera faena. "Ojalá que nadie sufra lo que he sufrido yo. Por eso soy optimista y tengo que aprovechar cada minuto de mi vida. Las situaciones que he pasado son más complicadas de lo que te puedes imaginar". En su despacho, al lado de la sede de su formación, lo recibe Mila, su pareja, mano derecha y la persona que lleva las cuentas en el partido. Allí se abre en canal aunque trata de "pensar lo menos posible en lo sucedido". 

"Hace 14 años un absurdo accidente de coche" segó la vida de Esther, su mujer. "Acababa de aparcar en el garaje, a unos veinte metros de casa, ella bajaba con las bolsas de la compra y el coche la atropelló marcha atrás. Se quedó allí". Meses después, la madre de Esther sufrió un infarto y la familia se vio en la obligación de ingresar al marido temporalmente en una residencia porque necesitaba cuidados continuos: "También fue una desgracia. Hubo un incendio, el humo le afectó a los pulmones y acabó falleciendo". 

Dos mazazos seguidos que dejan a cualquier persona tumbada en la lona. "Me quedé con dos hijos y a los cinco años, cuando ya estás levantando cabeza...". Eladio Fernández bebe un trago de la botella de agua que le acaba de traer Mila. El destino le volvió a jugar otra mala pasada.

Una buen día, su hijo Adrián le anunció que se iba a conocer San Sebastián con su novia porque había sido invitado por un amigo que estudiaba con él la carrera de Derecho en Ourense. "Era su primer viaje y me quedé muy tranquilo porque me dijo que se iban en tren, pero en Plasencia descarrila y mueren cinco personas, entre ellas mi hijo y su novia". Habla con una entereza pasmosa. "Cuando deje de ser optimista, Eladio deja de existir", continúa. "Tengo otro hijo, Adrián, que me llena de vida e ilusión. Con eso intento llenar las alforjas".

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