ELECCIONES GENERALES 26-J

En el diván de los taxistas se habla de la abstención y el desconcierto

photo_camera Fernando Araújo, Francisco Malindres, Francisco Javier Álvarez (presidente del colectivo del taxi en la provincia) y Ramón Agromayor, en un taxi en la parada del parque de San Lázaro.

En el asiento de atrás de un taxi se escuchan confidencias y los profesionales son una buena tribuna para saber el pálpito de la sociedad

En la parada de taxi del parque de San Lázaro de Ourense el último sale el primero. Los forasteros se sorprenden. Cuando llegan a la cabeza de la fila los devuelven a la cola. "Debe de ser la única así", reconoce Francisco Javier Álvarez, presidente de la asociación de taxistas de la provincia. "Tiene su lógica porque el que llega de último deja caer el coche marcha atrás sin encenderlo hasta que le toca su turno", explica Fernando Araújo. Economía obliga. La cuesta ayuda al invento. Sucede desde hace una treintena de años, cuando la parada se mudó de la calle Paseo. Los ourensanos ya están acostumbrados, pero el viajero se lleva una anécdota para poder contarla a los amigos.

"Y luego dicen que hay crisis", bromea Francisco Javier Álvarez. Resulta difícil reunir a cinco taxistas para hablar de la actual campaña electoral. En mitad de la improvisada tertulia se tendrán que marchar Francisco Malindres y Ramón Agromayor. No están los tiempos para perder una carrera. "Esto es algo inusual, no te vayas a creer", corrige Álvarez. En cinco minutos han salido pitando media docena de taxis y en los cinco siguientes también lo harán el propio. Hoy está siendo un buen día. Y parece que va a continuar igual porque amenaza lluvia y la ciudad está a cien por el Rally de Ourense.

Los taxistas son el mejor diván para conocer el pálpito de la ciudadanía. Todo lo escuchan. Cuenta la leyenda que una mayoría de los taxistas madrileños son de derechas porque Franco concedió las licencias a gente del movimiento para tener a la intelectualidad y a la izquierda controlada. El dictador es historia, son nuevas generaciones sentadas al volante pero lo que permanece es el diván en el asiento de atrás. "Normalmente la gente habla del tiempo y de política, dependiendo del turno. Por la noche hablan de otras cosas", confiesa Araújo. ¿Y qué comenta la gente cuando las copas hacen que la lengua se suelte? "Da igual de lo que hablen, siempre le damos la razón a todos". "¡Cómo no le vamos a dar la razón!, añade un compañero que sale disparado cuando una señora pregunta si uno de ellos la puede acercar al hospital.

Sin noticias de lo que sucede cuando el sol se apaga, vayamos con lo que se comenta cuando la mañana despierta. "Nos dicen que la gente está cansada de las elecciones y que tiene miedo al cambio.

Al menos es la sensación que yo tengo", afirma Francisco Javier Álvarez. El temor a que Pablo Iglesias asalte La Moncloa es recurrente en Ourense. Da igual que escuches a autónomos, asalariados en un polígono, jubilados en el parque o chavales que van a votar por primera vez: "Sin duda ponen a caldo a Pablo Iglesias por el miedo a que llegue al Gobierno. Creo que es por el 'boom' que se ha movido por el tema de Venezuela".

DIFÍCIL ACUERDO

"También nos dicen que no saben a quién votar", continúa Araújo. "En estas elecciones puede haber mucha abstención porque me he encontrado con clientes mosqueados que comentan que esta vez pasan de ir a votar porque no va a cambiar nada". Aunque esta encuesta no ha pasado por más cocina que la sensación de los profesionales del volante, si se cumple a los partidos no les quedará más remedio que negociar para intentar formar gobierno. "Es difícil que suceda. ¿Quién va a pactar con quién?", reflexiona Araújo. El trabajo de cara al público propicia que los taxistas no se signifiquen abiertamente cuando se les pregunta por Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera. "No debemos opinar. Hay que verlos primero. A mí personalmente el que está ahora no me vale. Es lo único que puedo decir. Este sistema no me vale", se atreve Araújo. "Ahora está Rajoy. Quizá los nuevos puedan hacerlo bien, aunque la sensación es que lo van a hacer peor. En principio ya la han fastidiado al no llegar a un acuerdo para formar Gobierno", añade Álvarez.

Los compañeros escuchan a los dos que llevan la voz cantante sin mediar en sus reflexiones. La discreción va con la carrera que paga el cliente.

Todos conocen a los candidatos que se presentan por la provincia de Ourense y se sorprenden cuando se les dice que otros colectivos entrevistados no fueron capaces de ponerles cara y mucho menos nombre: "No fastidies, los puedes ver en la publicidad que mandan a casa y todos los días aparecen en los periódicos". Además, acostumbran a llevar al alcade o a los concejales en su taxi, a unos con más asiduidad que a otros. "Nosotros llevamos de todo, a lo mejor y a lo peor de la sociedad. Estamos para lo que venga", bromea Araújo. "Son buena gente tanto en la distancia corta como en la larga", matiza a continuación.

En Ourense hay 106 taxis en la ciudad y unos 250 en la provincia. Sólo cinco son mujeres. La principal problemática del sector apunta "al intrusismo con las nuevas aplicaciones y a gente que hace de piratas. Parece que mover a gente es la gallina de los huevos de oro", se queja el representante del colecti- vo. "Hay pirateo incluso de grandes empresarios que quieren meterse de cualquier manera, cuando nosotros nos gastamos un dinero por estar aquí. Es el mayor problema que tenemos". Araújo completa la denuncia.

Su taxi ha ido descendiendo marcha atrás con el motror apagado hasta llegar casi a la altura del Paseo. "A veces hacéis unas preguntas que no podemos contestar porque estamos de cara al público", se disculpa. "Me voy que ya me toca". En esta parada el último es el primero, como si la carrera fuese al cielo.

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