El escritor Bernardo Atxaga considera ya "definitivo" el final de la violencia de ETA, y así lo percibe la mayoría de los ciudadanos del País Vasco, pero también cree que pueden pasar "veinte años" antes de que se olvide del todo el terrorismo y sus consecuencias.
"Al desaparecer la violencia, la situación que se vive en el País Vasco es infinitamente mejor que la que había antes", aseguraba hoy Atxaga con motivo de la publicación en castellano de su nuevo libro, "Días de Nevada" (Alfaguara).
Atxaga, el escritor en euskera más famoso, con su obra traducida a más de 30 idiomas, sabe por experiencia propia que "el poder de la violencia es enorme" y que cualquier hecho violento "tiene un factor multiplicativo tremendo".
En Euskadi, señala el escritor, todavía "es difícil saber el efecto enorme que ha tenido la violencia", pero al acabar esta "para siempre, la situación es infinitamente mejor".
"¿Quiere decir que hemos pasado del infierno al paraíso? No, porque todavía quedan conflictos larvados como el de los presos de ETA, el arrepentimiento o el asunto de las torturas", subraya este narrador antes de asegurar: "Queda ahora mucho trabajo por hacer".
"Pasarán veinte años para aterrizar del todo (en el final de la violencia), pero una vez que hemos comenzado a aterrizar y hemos dejado la violencia lejos, el final llegará".
En su opinión, sucede "algo curioso con la violencia", y es que así como cuando se produce "el impacto es enorme, cuando desaparece, da la sensación de que ha pasado mucho más tiempo del que realmente ha transcurrido".
"Por eso mucha gente trata de recordar la situación de los presos, porque ven que se están olvidando de ella", añade el autor de "Obabakoak".
"Serán veinte años enmarañados, con discusiones; veinte años con una necesidad enorme de tener tu habitación aparte para poder pensar en otras cosas, pero el final de la violencia es una situación irreversible", afirma.
Y una prueba de que la situación del País Vasco no tiene nada que ver con la de hace unos años es que "los vascos hablan ahora de temas más interesantes" y se ríen con comedias como "Ocho apellidos vascos", el éxito indudable de esta temporada.
El escritor ha visto la película y se ha reído "mucho con ella".
"Eso me produce una gran satisfacción porque una vez que se puede contar en forma de comedia lo ocurrido, significa que todo ha cambiado, porque ¿quién se hubiera atrevido a reírse de ciertas cosas en los años ochenta? Era imposible y hubiese sido moralmente terrible", subraya.
