Condenan a 64 y 46 años de cárcel a los asesinos de los joyeros de Castelldefels

La Audiencia de Barcelona ha condenado a Fernando S.M. y Juan Antonio S.H. a más de 64 años de cárcel y a más de 46, respectivamente, por tres delitos de asesinato y uno de intento de robo con violencia.
Los condenados atracaron en noviembre de 2005 una joyería de Castelldefels (Barcelona) y asesinaron a golpes de machete al matrimonio que la regentaba y a uno de sus hijos.

La sentencia condena a ambos a pagar al otro hijo de las víctimas 450.000 euros por daño moral y 5.876,23 euros por los desperfectos ocasionados a la joyería; 200.000 euros a los padres de la joyera y 120.000 a los tres hermanos del joyero. Además, les prohíbe acercarse a menos de un kilómetro de Castelldefels o de los familiares hasta tres años después de que salgan de prisión.

La sentencia, que se basa en el veredicto emitido por el jurado popular que juzgó el caso, establece que, como máximo, Fernando S.M. cumplirá una pena de 40 años de prisión, y que Juan Antonio S.H. estará recluido como máximo 25 años.

Un tribunal popular declaró el 16 de junio culpable a Fernando S.M. de dos asesinatos con alevosía y ensañamiento y de un asesinato con alevosía, además del intento de atraco, por lo que la Fiscalía pidió para él 73 años y medio de cárcel. A su sobrino, Juan Antonio S.H., el jurado le declaró culpable por unanimidad de tres asesinatos con alevosía, además del intento de atraco, por lo que la Fiscalía pidió finalmente 63 años de cárcel.

Los hechos ocurrieron sobre las 11 de la mañana del 29 de noviembre, cuando los atracadores entraron a la joyería Royo, en la calle Antonio Machado, provistos con un revólver falso y un machete de grandes dimensiones, con el que mataron al matrimonio de joyeros y a su hijo.

VEREDICTO DEL JURADO

En su veredicto, el jurado consideró que la mañana del 29 de noviembre ambos acusados tenían la intención de atracar la joyería, en la calle Antonio Machado, aprovechando que sus dueños conocían a Fernando S.M. porque les había instalado el aire acondicionado.

En un primer momento entró el tío, como admitió en su declaración, y empezó a arreglar el aparato. De hecho, se encontraron varios objetos y rastros suyos en el local. Él negó que atracara a los joyeros, y decía no recordar nada después de recibir un golpe en la cabeza. No obstante, después de huir se le encontró un revólver simulado.

Durante el atraco, el jurado considera que entró el sobrino, aunque durante el juicio él lo negara al asegurar que no conocía las intenciones de su tío y que se había quedado a cierta distancia del establecimiento.

El jurado dio credibilidad a los dos testigos protegidos que aseguraron ver a un joven huyendo de la joyería poco antes que su tío.

Los miembros del jurado también consideraron probado que Fernando S.M. asesinó con ensañamiento y alevosía, a cuchilladas, a los dueños de la joyería Royo, y sólo con alevosía a su hijo Carlos.

También por unanimidad, culparon a su sobrino de los tres asesinatos, por su colaboración en los crímenes, aunque le exculparon de la agravante de ensañamiento, ya que no sabía si las puñaladas de su tío a las víctimas les provocaron un sufrimiento innecesario.

El jurado no consideró probado que Fernando S.M. tuviera las facultades mentales mermadas ni actuara bajo los efectos de las drogas o el alcohol, como su abogado defendía. Por ello, se opusieron a que se le indulte o suspenda la pena, tanto a él como a su sobrino.

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