La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Isaac P.C., conocido como 'el violador del búho', a un total e 243 años y medio de prisión por 17 delitos de violación, una agresión sexual, cuatro robos con violencia e intimidación, un delito de lesiones y una falta de lesiones.
En una sentencia hecha pública este jueves, la Sección Decimosexta fija como pena en aplicación del triple de la mayor, la de cuarenta años y seis meses a efectos de máximo cumplimiento en su momento extinguidas una vez cubran el tiempo de veinte años.
La Sala precisa que los beneficios penitenciarios, los permisos de salida, la clasificación en tercer grado y el cómputo de tiempo para la libertad condicional se refiere a la pena de 40 años y seis meses de cárcel.
Por tanto, la Audiencia rechaza aplicarle 'la Doctrina Parot', tal y como habían solicitado las defensas de varios de las víctimas. Esta doctrina, establecida por el Tribunal Supremo, consiste en que las redenciones de pena --beneficios penitenciarios-se resten de la suma total de la condena, es decir, de los 240 años y no de los 20 años de cárcel.
En cuanto a la responsabilidad civil, la sentencia establece una indemnización de casi un millón de euros destinada a todos sus víctimas por los daños morales, lesiones y otros elementos sustraídos.
ACUERDO DE CONFORMIDAD
En la primera sesión del juicio, el 'violador del búho' aceptó una condena de 243 años de prisión por 19 agresiones sexuales, varios delitos de robo con intimidación y lesiones cometidos contra 18 mujeres tras alcanzar un acuerdo previo de conformidad el fiscal y la defensa del acusado para evitar que las víctimas tengan que pasar el calvario de recordar la experiencia traumática vivida entonces.
La conformidad se pactó después de que el agresor sexual se declarara culpable de los delitos que se le imputan, cometidos entre 2001 y 2008 en la capital, Alcobendas, Coslada y San Fernando de Henares.
La Policía detuvo a Isaac P.C., de 30 años, el 21 de enero de 2008 después de siete años de búsqueda. Una de sus víctima le preparó una encerrona, que culminó con su detención. Tras su arresto como un agresor sexual más, se le tomaron muestras de ADN para remitirlas a la Policía Científica. Su perfil genético coincidía con las muestras de quuince agresiones sexuales atribuidas un violador múltiple apodado 'El Búho'.
Este encofrador de Vallecas dejaba a su novia en casa y después iba a por sus víctimas, a las que esperaba cuando volvían a sus casas por la noche, en las zonas norte y este de Madrid. Una vez abordadas, les ponía una navaja en un costado, les exigía que no le miraran a la cara y las llevaba hasta un descampado próximo. Entonces, las violaba y sometía a toda clase de vejaciones.
PRIMERA DENUNCIA
La primera violación denunciada se produjo el 8 de enero de 2001 en Arturo Soria. Según el fiscal, sobre las 7.00 horas, el procesado abordó a una menor cuando caminaba por las inmediaciones del Centro Comercial Arturo Soria Plaza Madrid.
Tras amenazar a la chica con una navaja, le dijo que no le iba a pasar nada si le acompañaba. Con el rostro cubierto con un pasamontañas, la llevó a un descampado, donde le sometió a diversas vejaciones sexuales.
La investigación durante esos siete años corrió a cargo del Grupo Tercero de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Las víctimas le reconocieron por los lunares que tiene en la cara y por su voz.
La Sala precisa que los beneficios penitenciarios, los permisos de salida, la clasificación en tercer grado y el cómputo de tiempo para la libertad condicional se refiere a la pena de 40 años y seis meses de cárcel.
Por tanto, la Audiencia rechaza aplicarle 'la Doctrina Parot', tal y como habían solicitado las defensas de varios de las víctimas. Esta doctrina, establecida por el Tribunal Supremo, consiste en que las redenciones de pena --beneficios penitenciarios-se resten de la suma total de la condena, es decir, de los 240 años y no de los 20 años de cárcel.
En cuanto a la responsabilidad civil, la sentencia establece una indemnización de casi un millón de euros destinada a todos sus víctimas por los daños morales, lesiones y otros elementos sustraídos.
ACUERDO DE CONFORMIDAD
En la primera sesión del juicio, el 'violador del búho' aceptó una condena de 243 años de prisión por 19 agresiones sexuales, varios delitos de robo con intimidación y lesiones cometidos contra 18 mujeres tras alcanzar un acuerdo previo de conformidad el fiscal y la defensa del acusado para evitar que las víctimas tengan que pasar el calvario de recordar la experiencia traumática vivida entonces.
La conformidad se pactó después de que el agresor sexual se declarara culpable de los delitos que se le imputan, cometidos entre 2001 y 2008 en la capital, Alcobendas, Coslada y San Fernando de Henares.
La Policía detuvo a Isaac P.C., de 30 años, el 21 de enero de 2008 después de siete años de búsqueda. Una de sus víctima le preparó una encerrona, que culminó con su detención. Tras su arresto como un agresor sexual más, se le tomaron muestras de ADN para remitirlas a la Policía Científica. Su perfil genético coincidía con las muestras de quuince agresiones sexuales atribuidas un violador múltiple apodado 'El Búho'.
Este encofrador de Vallecas dejaba a su novia en casa y después iba a por sus víctimas, a las que esperaba cuando volvían a sus casas por la noche, en las zonas norte y este de Madrid. Una vez abordadas, les ponía una navaja en un costado, les exigía que no le miraran a la cara y las llevaba hasta un descampado próximo. Entonces, las violaba y sometía a toda clase de vejaciones.
PRIMERA DENUNCIA
La primera violación denunciada se produjo el 8 de enero de 2001 en Arturo Soria. Según el fiscal, sobre las 7.00 horas, el procesado abordó a una menor cuando caminaba por las inmediaciones del Centro Comercial Arturo Soria Plaza Madrid.
Tras amenazar a la chica con una navaja, le dijo que no le iba a pasar nada si le acompañaba. Con el rostro cubierto con un pasamontañas, la llevó a un descampado, donde le sometió a diversas vejaciones sexuales.
La investigación durante esos siete años corrió a cargo del Grupo Tercero de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Las víctimas le reconocieron por los lunares que tiene en la cara y por su voz.
