Para llegar a Irak, Cospedal, a la que se proporcionó el casco y el chaleco antifragmentación reglamentarios, se sometió a fuertes medidas de seguridad y protección, tanto por parte de los militares estadounidenses, como de los españoles
Cae la noche sobre Bagdad. Se encienden los motores del helicóptero. Se apagan todas las luces. Comienza el vuelo hacia la base de Besmayah. A bordo, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que va a visitar a los militares españoles en misión en Irak contra el grupo yihadista EI.
Así comenzaba la primera visita de la ministra a "territorio hostil" desde que asumió el cargo, el pasado 4 de noviembre.
La ministra permaneció más de dos horas y media con los soldados españoles - la mayoría pertenecientes al Grupo de Regulares de Melilla 52- en la base donde se forma a los militares iraquíes que combaten al Estado Islámico (EI) y luchan por recuperar, entre otros territorios, la ciudad de Mosul, la segunda en importancia de Irak y aun en manos de los yihadistas.
Para llegar aquí, Cospedal, a la que se proporcionó el casco y el chaleco antifragmentación reglamentarios, se sometió a fuertes medidas de seguridad y protección, tanto por parte de los militares estadounidenses, como de los españoles.
Se trataba de la primera vez en su vida que Cospedal subía a bordo de un helicóptero Chinook del ejército de EEUU, un gigantesco aparato de transporte de tropas y material y que puede trasladar hasta 40 soldados con su equipamiento.
Provista del casco y el chaleco antifragmentos, que pesa casi diez kilos, la ministra ha llegado a la base de Besmayah, tras observar desde las alturas Bagdad de noche.
Otro helicóptero se encargaba de escoltar el vuelo de la aeronave en la que iba la ministra, que viajó acompañada por el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez, y el jefe del mando de operaciones, almirante Teodoro López Calderón, además de un restringido grupo de su departamento y varios periodistas.
Además en el grupo, invitados por la ministra, han estado "empotrados" los portavoces de Defensa del PSOE, Ricardo Cortés, y de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, lo que augura las buenas relaciones en materia de Defensa entre el Gobierno y ambas formaciones. políticas
Al aterrizar, la que es la segunda ministra de Defensa de la historia de España, tras la socialista Carme Chacón, recorrió la base y departió con los jefes del contingente allí desplegado.
La ministra comprobó que los militares están bien y con la moral alta y les animó a seguir así, cumplir la misión y volver sanos y salvos a casa.
Durante la visita, Cospedal aprovechó para ver las mejoras que se están haciendo en la base y que servirán para los otros 150 militares que a principios del próximo año llegarán para reforzar la misión, tras aprobarlo así el Gobierno y que previsiblemente autorizará el martes el Congreso de los Diputados.
De vuelta a Bagdad, se repite el estricto protocolo de seguridad. Vuelo nocturno. Escoltas. Enfundarse el casco y el pesado chaleco.
Poco después de asumir su cargo, la ministra anunció que visitará las misiones militares españolas en el extranjero, como Mali, Yibuti, Afganistán, Senegal, Turquía o República Centroafricana, entre otras.
El próximo martes la ministra comparecerá en la Comisión de Defensa del Congreso para pedir su autorización para desplegar 125 militares y 25 guardias civiles en el "teatro de operaciones" de Irak.
