Agentes de Policía Nacional han detenido a un joven de 18 años como presunto autor de una agresión sexual a una mujer en Jaca (Huesca), cuyos gritos de auxilio provocaron la intervención de un testigo que decidió ayudarla y que consiguió capturar al sospechoso en su huida.
Según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Aragón, los hechos ocurrieron sobre las 06.50 horas de la mañana del pasado domingo en una calle de Jaca próxima a un parque por la que transitaba la denunciante en dirección a su trabajo.
Los hechos fueron denunciados de forma inmediata por la propia víctima, quien en una llamada al 091 informó de que había sido agredida sexualmente por un joven que se había dado a la huida ante la llegada de un testigo que escuchó sus gritos.
A su llegada, los agentes localizaron a la mujer y mientras uno de ellos se quedaba con la víctima, los otros dos salieron en busca del presunto agresor.
Los policías se encontraron minutos después con el sospechoso y el testigo, que había conseguido reducirlo para entregarlo a los agentes.
Según las fuentes citadas, el agresor llegó a tapar la boca de la víctima para tratar de impedir sus gritos y forcejeó con ella para tratar de vencer su resistencia.
Estas fuentes han añadido que el sospechoso consiguió quitar parte de la ropa de la mujer para tratar de conseguir sus propósitos.
Tras escuchar los gritos de auxilio, el testigo se acercó a la zona de setos donde se estaba produciendo la agresión y observó al sospechoso tendido encima de la víctima, a la que había tratado de asfixiar, según las fuentes.
El testigo persiguió al presunto agresor -que no tenía antecedentes- por el centro de la ciudad hasta la zona de la universidad, donde consiguió finalmente reducirlo.
Los hechos fueron denunciados de forma inmediata por la propia víctima, quien en una llamada al 091 informó de que había sido agredida sexualmente por un joven que se había dado a la huida ante la llegada de un testigo que escuchó sus gritos.
A su llegada, los agentes localizaron a la mujer y mientras uno de ellos se quedaba con la víctima, los otros dos salieron en busca del presunto agresor.
Los policías se encontraron minutos después con el sospechoso y el testigo, que había conseguido reducirlo para entregarlo a los agentes.
Según las fuentes citadas, el agresor llegó a tapar la boca de la víctima para tratar de impedir sus gritos y forcejeó con ella para tratar de vencer su resistencia.
Estas fuentes han añadido que el sospechoso consiguió quitar parte de la ropa de la mujer para tratar de conseguir sus propósitos.
Tras escuchar los gritos de auxilio, el testigo se acercó a la zona de setos donde se estaba produciendo la agresión y observó al sospechoso tendido encima de la víctima, a la que había tratado de asfixiar, según las fuentes.
El testigo persiguió al presunto agresor -que no tenía antecedentes- por el centro de la ciudad hasta la zona de la universidad, donde consiguió finalmente reducirlo.
