Tres años de prisión para otro agente de los Mossos que detuvo ilegalmente a un vecino de Sants

Los mossos acusados de agredir a un detenido defienden que su actuación fue proporcionada

Vista de la sala en la que se celebra el juicio contra cuatro mossos. (Foto: Julián Martín)
Los cuatro mossos d'Esquadra acusados de maltratar a un detenido en la comisaría de Les Corts de Barcelona en 2007, actuación que quedó grabada por una cámara oculta, coincidieron en señalar que su actuación fue proporcionada y ajustada al protocolo establecido. Además, aseguraron que los golpes que dieron a la víctima fue para reducirla, ya que presentaba una conducta 'muy agresiva'. Por el contrario, la presunta víctima negó que se mostrara agresivo, y aunque reconoció que estaba 'muy enfadado', aseguró que en ningún momento golpeó a los agentes.
En el escrito de acusación, el fiscal relata que sobre las 6.30 horas del 31 de marzo de 2007, una patrulla de Mossos se dirigió al barrio barcelonés de Poblenou tras recibir una llamada de un hombre que aseguraba que un individuo le estaba insultando y empujando. Cuando llegaron los agentes, el denunciado se negó a mostrar su documentación, por lo que fue trasladado a comisaría para identificarle.

Según explicaron hoy el cabo J.D.L.P. y los agentes C.B.F., A.L.P. y V.A.B. durante la primera sesión del juicio en la Audiencia de Barcelona, tras su llegada el detenido, camarero español de entre 30 y 40 años, rompió una ventana de un coche policial y dañó otro vehículo. Además, profirió insultos a los agentes: 'Hijos de puta, os voy a joder la vida y a romper la cara'. Por ello, le detuvieron por atentado a la autoridad, que al día siguiente fue calificado como falta por el juez.

Los mossos también aseguraron que cuando llegaron a la comisaría, el detenido continuó insultando y amenazando a los agentes, lo que dificultó el cacheo. En la sala de cacheo, le quietaron las esposas pero cuando le fueron a registrar, se mostró agresivo y les dio 'un manotazo' y una patada. En este momento, los mossos se abalanzaron sobre él para reducirle y le volvieron a esposar de manos y piernas para evitar que les golpeara de nuevo. Además, le colocaron un casco para que no se golpeara la cabeza contra el suelo, un procedimiento que, explica, recoge el protocolo.

LO UNICO QUE HIZO FUE 'GESTICULAR'

Por su parte, el detenido negó ante el juez su conducta agresiva. Lo que sí que reconoció es que estaba 'muy enfadado' por el modo en el que tanto él como su mujer habían sido tratados en el momento de la detención y que antes del arresto había consumido alcohol. No obstante, defendió que en ningún momento agredió a los agentes, tal y como éstos aseguran, y que lo único que hizo fue 'gesticular' en el momento en el que presuntamente le dio el manotazo al mosso.

La presunta víctima de las agresiones también explico que se desmayó por los golpes que recibió en la cabeza, algo que niegan los mossos, y que se defecó encima. Además, según su declaración, le dejaron en el calabozo esposado y con el casco, donde le llevaron 'como un fardo', sin que hubiera podido limpiarse. Sobre este asunto, los agentes aseguraron que el cabo trató de tranquilizarle, y que le dijo que cuando se calmara podría ducharse y tener ropa limpia, pero que el detenido no cesó en su conducta y se negó a ducharse.

Tras escuchar estas declaraciones, la Fiscalía solicitó cinco años y nueve meses de prisión para cada uno de los policías acusados. Además, pide una multa de 9.600 euros y de siete años de inhabilitación para empleo público por un delito contra la integridad moral, falsedad documental y una falta de lesiones. También reclama indemnizar a la víctima con un total de 10.610 euros.

Este caso saltó a la opinión pública después de que la unidad de asuntos internos recibiera denuncias por agresiones en la sala de cacheos de la comisaría de Les Corts. La unidad decidió colocar una cámara oculta, gracias a la que se descubrieron éste y otros maltratos.

TRES AÑOS DE PRISIÓN PARA UN AGENTE

Por otra parte, la Audiencia de Barcelona ha condenado a tres años de cárcel a otro mosso d'Esquadra, Juan Luis I.C., por un delito de detención ilegal de un vecino del barrio de Sants de Barcelona, José Antonio M. S., después que en febrero de 2007 acudiera, junto a otro mosso que ha sido absuelto, a su domicilio de Sants en busca de un individuo, que resultó no ser él, y se negara a identificarse en un primer momento porque dudó de que los acusados fueran realmente agentes.

La sentencia también condena al agente acusado a pagar una multa de 1.800 euros --10 euros diarios a razón de 6 meses-por un delito de lesiones, ya que cuando inmovilizó a la víctima --le cogió del brazo y lo arrastró fuera del rellano-le provocó lesiones en hombros y la cara interna del muslo izquierdo.

También le condena a abonar una indemnización de 1.000 euros por daño moral y otros 3.021 por lesiones causadas; cantidades de las que responderá subsidiariamente la Conselleria de Interior.

El 16 de febrero de 2007, ambos agentes acudieron al domicilio de la víctima en busca de un individuo llamado Florian Pintar. Cuando José Antonio abrió la puerta y los agentes preguntaron por él, el denunciante respondió que no era él. Los Mossos le enseñaron rápido sus placas mientras le pedían con insistencia su identificación, a lo que se negó porque dudaba de que fueran policías, ya que no iban con uniforme.

Ante la negativa, el agente condenado le cogió por el brazo y le sacó fuera para inmovilizarlo en el suelo. Mientras, su compañera, que no participó activamente en los hechos, pidió refuerzos por radio.

Cuando el denunciante se cercioró de que eran agentes pidió a su esposa, que estaba en casa, que mostrara a los agentes un carnet profesional de Aena que contenía una foto y su nombre y apellidos.

Pese a todo, el agente siguió con la detención y esposó al hombre porque entendió que la indentificación era insuficiente y por desobediencia grave a la autoridad. Se lo llevaron a la comisaría de Les Corts de Barcelona, donde fue puesto en libertad horas después.

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