De vacaciones en Ourense aprovecha para presentar sus “Excusas”, libro que ayer presentaba en El Cercano
El baloncesto es una forma de vida. Lo sabe perfectamente Noelia Cacheiro. A pesar de su juventud, esta ourensana que se formó en las filas del Carmelitas Vedruna, lleva toda su vida vinculada a un deporte que no deja de ser minoritario en España pero que le ha abierto las puertas del mundo. Ha jugado en equipos ingleses, estadounidenses y de Holanda. Ahora se estrena en otra liga: el mundo editorial. De vacaciones en Ourense aprovecha para presentar sus “Excusas”, libro que ayer presentaba en El Cercano y con el que da a conocer de primera mano sus sueños, ilusiones y las realidades que no se ven más allá de la cancha.
¿Qué cuenta “Excusas”?
El libro está escrito en primera persona. El inicio es un poco aburrido, porque explico lo que es la vida de un deportista. Levantarse, desayunar, entrenar, comer, entrenar… Bueno, al menos la vida de un deportista que no gana millones es así. Más aún en el caso de las chicas. Cuento una historia que se inicia con mi temporada de baloncesto el año pasado, en Holanda. Pero también repaso mis diferentes experiencias personales, en Estados Unidos, Inglaterra y Holanda. Hablo de cómo es esa vida diaria: trabajar y jugar para tener dinero. La historia empezó muy bien… pero no acabó tan bien.
¿Qué es lo que falló?
Ahora no hay dinero para el deporte femenino. Pero no es sólo eso. Aunque los contratos son más bajos, algunos clubes no están pagando. Incluso a mí me deben dinero… Ya no cuento con él. Quizás este libro sea un primer paso para cambiar la sensación de que eso es lo normal. No apunto a nadie con el dedo, pero a ver si alguno se da por enterado.
Entonces ¿lo ha escrito cómo una denuncia?, ¿cómo una terapia?
Publicar un libro ha sido mi sueño desde que sé escribir. Me decidí este año, cuando llegué a Holanda. Quería escribir sobre el deporte femenino. No pensaba hacer una historia, pero los sucesos llevaron a que se convirtiera en una. Más que como terapia fue una cama elástica. Cuando llegas a lo más bajo coges impulso de nuevo. Ahora todo va bien. Un año malo te ayuda a ver las cosas de forma distinta. De hecho ahora estoy escribiendo una segunda parte.
A los deportistas siempre se les ve como los españoles que triunfan fuera. Aunque trabajan en otro país no transmiten la misma sensación que el resto de jóvenes que han salido de España a buscar un futuro. ¿No son emigrantes?
A los deportistas se nos ve como si fuéramos la bomba. Y al emigrante se le ve como a alguien que no tiene nada en su país. En mi experiencia no me he sentido desintegrada del grupo o del país en el que he estado. Excepto en Holanda, me han tratado como a una más. Parte del problema de sentirse emigrante es el tema del idioma. Sin él cuesta mucho más integrarse. No es lo mismo explicar a un inglés en España como llegar a una dirección, que estar en el Reino Unido. Es como cuando alguien que ha estudiado castellano llega a Andalucía. Al principio cuesta mucho entenderlos. Pero la gente cada vez sale más preparada y se defiende mejor.
De hecho, el Reino Unido es uno de los destinos donde más ha aumentado el número de españoles. ¿Has notado que hay más?
En mi día a día, en la Universidad de Newcastle, veo a muchos. Desde mi primera temporada, en 2008/09 hasta hoy, se han multiplicado. Hay mucha más gente española, que se conoce por las redes sociales y quedan por amigos en común. Pero también hay gente desesperada que ha llegado sin trabajo y sin inglés, pero que como están en el paro vienen a probar suerte.
¿Y la hay?
Hay trabajo. El que no quieren hacer los ingleses. Trabajos manuales o para gente con estudios superiores. Donde no hay oportunidades es en los trabajos intermedios. Pero además, el país cuenta con el atractivo de que los trabajos están mejor pagados que en España y las condiciones de trabajo también son mucho mejores.
Sin embargo, parece que el país quiere blindarse frente a la inmigración.
Ahora parece que el primer ministro Cameron aboga por cerrar las fronteras. No quieren más inmigración desde Europa, pero tendrán que contar con lo que decida la Unión Europea.
Aprovecha sus vacaciones en Ourense para acercarse a estudiantes de Instituto. ¿Es una excusa para presentar su libro?
Ese es el pretexto. Pero voy a hablarles del deporte, que es algo que en Ourense no se valora. En otras ciudades existe una cultura del fútbol, del baloncesto o del voleibol. Pero Ourense está vacío. Es increíble que no haya ningún equipo destacado en ningún deporte. Cuando eres joven tu idea del deporte es viajar, jugar y ganar dinero. Pero la realidad es muy diferente. Es una vida que está muy bien y ofrece experiencias únicas, pero requiere mucho sacrificio. Ese es uno de los mensajes que quiero mandar en mi libro: Sueña, pero con los pies en la tierra. Porque con 28 o 30 años te tienes que jubilar.
Después es importante hacer algo. Tener donde agarrar para cuando se acaba. Porque todo se acaba, la vida deportiva, la fama, el dinero.
¿Y usted? ¿Ha pensado qué hacer cuando acabe?
Antes de ir a Holanda ya pensaba que ya se me había pasado el arroz. El pasado año, en Newcastle hice la mejor temporada desde del año 2010. Hace tres días me han ofrecido una beca por tres años como entrenadora-jugadora. Así que al final será un contrato por cuatro años. Estoy preparando un doctorado en interpretación de lenguas. Llevo en la Universidad desde que tengo 18 años, y quiero acabar como profesora. ¿Dónde? ¿Regresar a casa? Aún no sé la respuesta.
