Un patrimonio valorado en unos 3.000 millones de euros

El primogénito hereda la Fundación y la mayoría del medio centenar de títulos nobiliarios de la duquesa

Tres meses antes de su matrimonio con el exfuncionario Alfonso Díez Carabantes, el 5 de octubre de 2011, Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba, firmó ante notario en Madrid el reparto del grueso de su herencia, valorada en unos 3.000 millones de euros, entre sus seis hijos. Este "reparto de la herencia en vida" de la duquesa se ejecutó en concepto de donación escriturada por la cual sus hijos se convirtieron en titulares registrales de sus bienes, mientras que la duquesa seguiría administrándolos y disfrutando de ellos como usufructuaria.

El patrimonio de la Casa de Alba está valorado en unos 3.000 millones de euros, según la revista Forbes, entre palacios, castillos, terrenos agrícolas, valores bursátiles, obras de arte y joyas, además de 51 títulos nobiliarios. La parte principal del patrimonio lo dirige la Fundación Casa de Alba, creada en 1975 y a la que pertenecen los palacios de Liria (Madrid), Las Dueñas (Sevilla) y Monterrey (Salamanca); el castillo de Alba de Tormes (Ávila); los cuatro castillos en Galicia (Castro Caldelas, Moeche, Andrade y Narahío) y el panteón familiar en el monasterio de la Inmaculada de Loeches (Madrid), entre otros bienes. En cuanto al patrimonio personal de la duquesa, de unos 1.000 millones de euros, se divide en tres partes iguales: la legítima, la de mejora y la de libre disposición.

Cada hijo heredaría unos 55,5 millones de euros de la legítima y otros tantos de la parte de mejora. Pero la parte de libre disposición, la duquesa podría repartirla libremente, legándola a asociaciones benéficas o a su viudo, 24 años menor que ella.

Según el acuerdo alcanzado ante notario, la Fundación Casa de Alba pasará al primogénito y heredero, Carlos Fitz-James Stuart, que tendrá la responsabilidad de preservar el legado histórico. Será él quien herede la mayoría del medio centenar de títulos nobiliarios de la casa. Al primogénito de Carlos, Fernando Fitz-James Stuart y Solís, nieto mayor de la duquesa y heredero del Ducado, le correspondió el palacio de Las Dueñas de Sevilla, siguiendo con la tradición de que este emblemático palacio recaiga siempre en el futuro duque de Alba.

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