La amenaza de los mercados forzó a los partidos mayoritarios a alcanzar un acuerdo de mínimos

Los presidentes autonómicos huyen de los enfrentamientos

Griñán (Andalucía) y Javier Fernández (Asturias).
El escenario para la celebración de la Conferencia de Presidentes no era el mejor y la amenaza de un sonoro fracaso, como ya ocurrió en el año 2009, estaba demasiado presente en el ambiente. Sólo la intervención del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reuniendo a los suyos la noche anterior en Génova y pidiéndoles responsabilidad, y un encuentro similar de Alfredo Pérez Rubalcaba con los presidentes de comunidades gobernadas por el PSOE transmitiéndoles la conveniencia de buscar el consenso evitó la imagen que más teme en este momento Moncloa: una país dividido en reinos de taifas sobre los que no tiene autoridad ni control.
Fue precisamente la amenaza de los mercados -siempre los mercados- la que llevó a los dos partidos mayoritarios a buscar un acuerdo de mínimos, que fue ratificado por todos los presidentes, con cinco puntos tan genéricos que era difícil no suscribirlo.
Para el lehendakari Patxi López la Conferencia de Presidentes ha servido para lanzar una 'imagen de responsabilidad y de compromiso conjunto' ante los mercados internacionales, reafirmando su objetivo de reducir el déficit público.
Por su parte, el socialista Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias, aseguró que todos los presidentes han estado 'en sintonía' con el euro y han expresado una 'opinión unánime' para avanzar en la unión económica y política superando una doctrina de austeridad 'que es casi de pobreza inducida' y que lleva al 'descrédito' ante la sociedad.
El presidente de Andalucía, José Antonio Griñán, reconoció sentirse 'moderadamente satisfecho'
con el acuerdo sobre la redistribución de los objetivos de déficit a partir de 2014 y aseguró que esa revisión se podría haber hecho a lo largo del año 2012.
El presidente de las Islas Baleares, José Ramón Bauza, fue el más crítico dentro su partido. Ya se había manifestado en contra de los recortes que había sufrido la Comunidad en los Presupuestos y ayer demostró que tiene un discurso propio. Exigió al líder del PP que ponga en marcha una revisión del actual sistema de financiación de las comunidades autónomas, porque a su juicio, el método actual es 'injusto, opaco, interpretable y no previsible'.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, aseguró sentirse satisfecho tras la reunión 'aunque con matices' y evitó entrar en polémicas con Artur Mas al contrario de lo que había hecho en días anteriores.
El nuevo presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, calificó las medidas adoptadas de 'importantes' pero destacó la necesidad de continuar con las reformas estructurales que permitan lograr el 'crecimiento económico, la creación de empleo y la incentivación de la inversión'. En este punto, señaló que hay que continuar con las políticas de 'racionalización del sector y reforma de las estructuras administrativas'.
La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, dijo que el actual modelo de financiación autonómica 'no es bueno' y ha defendido que se evalúe el influjo de la crisis en dicho sistema, aunque ha matizado que el acuerdo de todos los presidentes regionales ha girado en torno a este análisis.
El presidente valenciano, Alberto Fabra, aseguró que todas las autonomías han sabido 'demostrar altura de miras y anteponer el interés general al particular'.
Finalmente, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, afirmó que el acuerdo es una muestra clara de que 'la unidad no sólo es posible, sino puede ser real y tangible'.

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