No es la primera vez que lo dice en el hemiciclo, pero tras la polémica por la posición del Gobierno sobre las nucleares, el hecho de que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero haya reconocido ante el pleno del Congreso que cambia de criterio según las circunstancias adquirió mayor significado.
Acostumbra el líder del PP, Mariano Rajoy, a acusar a Zapatero de cambiar continuamente de opinión, y ayer lo volvió a hacer en la sesión de control del Congreso. Para demostrarlo, relató sus 'contradicciones' en materias como la reforma laboral, el cheque-bebé, las pensiones o las ayudas a parados, para detenerse, finalmente, en las nucleares.
'En materia de nucleares ya no sé dónde estamos, porque ha dicho usted una cosa, la contraria, y la contraria de una cosa y la contraria', le afeó Rajoy, convencido de que con tanto ir y venir piensa que Zapatero ya 'no tiene arreglo posible'.
Su relato le pareció al presidente más propio de un 'cronista de hechos' que de un líder político; tras decírselo, reconoció que en política 'se puede cambiar de criterio', algo que sin embargo no presentó como defecto, sino más bien como una virtud. A su juicio, 'lo que es bastante insólito es que nunca se tenga criterio', reprochó a Rajoy, al que regaló una clase de física aplicada: 'La economía no permanece quieta, a diferencia de algún líder político, que sólo sabe estar quieto y no hacer nada'.
CASO FAISÁN
Tras este 'cara a cara' tocaba el debate entre la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, y el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tampoco se libró ayer de una pregunta sobre el 'caso Faisán', formulada, cómo no, por el incansable Ignacio Gil Lázaro.
Rubalcaba contó otras cosas, pero a las preguntas concretas que le formularon ambos diputados del PP no respondió.
Muy contundente estuvo Sáenz de Santamaría al exigirle medidas de apoyo a los autónomos, con pullas incluidas en su relato, como el recordatorio de que aunque Rubalcaba estuvo en la última convención socialista de Sevilla 'no le dejaron hablar'. No se resistió a sacar la trama de los ERE irregulares en Andalucía, hasta el punto de proclamar que mientras los autónomos pagan religiosamente los impuestos, en esta comunidad, 'si eres socialista, cobras la jubilación aunque nunca hayas trabajado'.
Rubalcaba prefirió no contestar a la parte referida a los autónomos pero se revolvió con fiereza, en su conocida táctica del ataque como mejor defensa, por las acusaciones sobre los ERE. Nada menos que de 'ruin' tachó el hecho de que Sáenz de Santamaría utilice este asunto para hacer comparaciones, y como entendió que, literalmente, se había 'pasado', se acordó de la trama 'Gürtel', y de qué manera.
'Cuando la escuchaba se me ocurría una respuesta inmediata: coger los cientos de millones de euros de la trama Gürtel, dividir por el salario mínimo de un español y saber el número de desempleados que podíamos haber contratado en España si usted o, perdón, la gente de su partido no hubiera presuntamente robado', le espetó. Esto de 'lanzar basura', advirtió, no va con él, y por ello se juramentó para evitar que traten de 'ensuciar' al Gobierno.
Antes de marcharse, todavía tuvo que superar el acoso del 'popular' Ignacio Gil Lázaro, que le ha replicó diciéndole que es el Gobierno el que se ha 'manchado' con 'tantas y tantas mentiras' en torno al caso del supuesto 'chivatazo' a ETA de 2006.
LUCHA ANTITERRORISTA
Alfredo Pérez Rubalcaba no habló del 'caso Faisán', pero sí de la lucha antiterrorista, y lo ha hecho contando una historia en la que el Gobierno socialista siguió persiguiendo a los terroristas durante su última tregua para evitar lo que ocurrió con el alto el fuego de 1998, con el Partido Popular en el Gobierno, cuando los terroristas se rearmaron.
De paso, el vicepresidente primero expresó un deseo: que la actual inactividad de la banda 'sea la definitiva'.
'En materia de nucleares ya no sé dónde estamos, porque ha dicho usted una cosa, la contraria, y la contraria de una cosa y la contraria', le afeó Rajoy, convencido de que con tanto ir y venir piensa que Zapatero ya 'no tiene arreglo posible'.
Su relato le pareció al presidente más propio de un 'cronista de hechos' que de un líder político; tras decírselo, reconoció que en política 'se puede cambiar de criterio', algo que sin embargo no presentó como defecto, sino más bien como una virtud. A su juicio, 'lo que es bastante insólito es que nunca se tenga criterio', reprochó a Rajoy, al que regaló una clase de física aplicada: 'La economía no permanece quieta, a diferencia de algún líder político, que sólo sabe estar quieto y no hacer nada'.
CASO FAISÁN
Tras este 'cara a cara' tocaba el debate entre la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, y el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tampoco se libró ayer de una pregunta sobre el 'caso Faisán', formulada, cómo no, por el incansable Ignacio Gil Lázaro.
Rubalcaba contó otras cosas, pero a las preguntas concretas que le formularon ambos diputados del PP no respondió.
Muy contundente estuvo Sáenz de Santamaría al exigirle medidas de apoyo a los autónomos, con pullas incluidas en su relato, como el recordatorio de que aunque Rubalcaba estuvo en la última convención socialista de Sevilla 'no le dejaron hablar'. No se resistió a sacar la trama de los ERE irregulares en Andalucía, hasta el punto de proclamar que mientras los autónomos pagan religiosamente los impuestos, en esta comunidad, 'si eres socialista, cobras la jubilación aunque nunca hayas trabajado'.
Rubalcaba prefirió no contestar a la parte referida a los autónomos pero se revolvió con fiereza, en su conocida táctica del ataque como mejor defensa, por las acusaciones sobre los ERE. Nada menos que de 'ruin' tachó el hecho de que Sáenz de Santamaría utilice este asunto para hacer comparaciones, y como entendió que, literalmente, se había 'pasado', se acordó de la trama 'Gürtel', y de qué manera.
'Cuando la escuchaba se me ocurría una respuesta inmediata: coger los cientos de millones de euros de la trama Gürtel, dividir por el salario mínimo de un español y saber el número de desempleados que podíamos haber contratado en España si usted o, perdón, la gente de su partido no hubiera presuntamente robado', le espetó. Esto de 'lanzar basura', advirtió, no va con él, y por ello se juramentó para evitar que traten de 'ensuciar' al Gobierno.
Antes de marcharse, todavía tuvo que superar el acoso del 'popular' Ignacio Gil Lázaro, que le ha replicó diciéndole que es el Gobierno el que se ha 'manchado' con 'tantas y tantas mentiras' en torno al caso del supuesto 'chivatazo' a ETA de 2006.
LUCHA ANTITERRORISTA
Alfredo Pérez Rubalcaba no habló del 'caso Faisán', pero sí de la lucha antiterrorista, y lo ha hecho contando una historia en la que el Gobierno socialista siguió persiguiendo a los terroristas durante su última tregua para evitar lo que ocurrió con el alto el fuego de 1998, con el Partido Popular en el Gobierno, cuando los terroristas se rearmaron.
De paso, el vicepresidente primero expresó un deseo: que la actual inactividad de la banda 'sea la definitiva'.
