Emlio Herrera dirige los destinos de Kia Motors Iberia desde finales del 2012. La marca coreana representa una de las excepciones en un entorno de dura crisis: ha tenido un crecimiento sostenido en España coincidiendo con los peores años de la recesión
El futuro, dice, será de los vehículos eléctricos y autónomos, y el gasóleo tiene los días contados. Participó en Ourense en la inauguración de las nuevas instalaciones de Cibrauto, el concesionario de la marca asiática en la provincia.
¿Es una satisfacción contar con unas nuevas instalaciones como las que ahora ofrece Cibraocar en Ourense?
Por supuesto, sobre todo porque la marca ha evolucionado mucho. Tenemos una gama totalmente diferente a la de diez años atrás, de ahí que tengamos que adecuar las instalaciones para que vayan en sintonía con lo que ha evolucionado la marca. Estamos muy contentos con el resultado de estas instalaciones.
La marca ha tenido un crecimiento espectacular estos años. ¿A qué se ha debido?
A varios factores. Hace diez años vendíamos precio sin dar otro valor añadido pero hemos dado un cambio que ha venido impulsado por el fichaje del diseñador alemán Peter Schreyer. Eso ha ocurrido en el 2006 y hoy es el presidente mundial de diseño para Kia y Hyundai. Otro elemento ha sido en el 2010 lanzar la garantía por siete años porque a pesar de ser una marca poco conocida daba confianza al consumidor. También hemos ido ampliando gama y, si tomamos este año como ejemplo, en el mes de enero presentamos a la prensa el Kia Río, también hemos renovando el Picanto, pero es que en esta segunda parte del año añadimos dos modelos a la gama, un SUV pequeño y una berlina deportiva. Añadiremos más productos y tecnología, motores ecológicos y eso nos está dando la base para el crecimiento.
¿Por qué la marca ha crecido más cuando más dura era la crisis?
Han influido muchos factores, pero sobre todo por estrategia comercial. Al ser una marca menos conocida teníamos que poner un gran número de coches en las carreteras para generar confianza a los consumidores y por eso hemos desarrollado un modelo de negocio basado en volumen. A los concesionarios les decimos que su rentabilidad estará ligada al volumen que van a vender. A partir del 2013 estábamos dando una rentabilidad del 1,3% y todos los años siguientes hemos superado el 2%, un porcentaje que se acerca más a las marcas premium.
¿Qué papel juega ahí la red de concesionarios?
El concesionario tiene todo el protagonismo. Nosotros vendemos poco a flotas y la mayoría de las ventas se hacen a particulares a través de la red de concesionarios y para nosotros eso es fundamental, hemos querido darle rentabilidad para que apuesten por la marca.
La compra de un automóvil es un termómetro del consumo. Si nos fiamos por las ventas parece que la crisis es pasado o es mucho decir.
Sí, pero hasta julio del 2016 teníamos unas ayudas del Gobierno a través del Plan Pive que ahora no tenemos. Por eso el mercado de particulares está un poco más resentido, no hay un crecimiento tan alegre como el año pasado. Todavía queda en España mucho parque por renovar, que tiene unos doce años de antigüedad, no solo por motivos ecológicos o por vender más, sino también por motivos de seguridad. Para nosotros decir que la crisis se ha acabado es un poco arriesgado, es un poco pronto. Nos hubiese gustado contar con un plan de ayudas además del Plan Movea.
¿Por qué no es sostenible el mercado sin depender de ayudas directas?
El mercado finalizará este año en 1,2 millones de unidades pero antes de la crisis estábamos en 1,5 o 1,6 millones, queda terreno por recorrer. Las ayudas nos hubiesen venido bien para mantener esa continuidad y creo que España todavía necesita este tipo de ayudas porque el nivel de sueldos aquí es bajo, hay un desempleo muy importante y necesitamos este tipo de estímulos. El Pive ha sido muy bueno. Hay un estudio en la Universidad de Lovaina que dice que ha sido el mejor plan de ayudas de Europa, con una continuidad en las ventas aunque es verdad que este año están bajando y no hay esa velocidad en el mercado para llegar pronto a las cifras previas a la crisis.
El Plan Movea es para vehículos híbridos o eléctricos. ¿Cómo está posicionada Kia en ese segmento?
Tenemos la suerte de compartir un departamento de I+D con Hyundai con ese tipo de tecnología que tenemos ya preparada. Tenemos pila de hidrógeno, tenemos híbridos enchufables, cien por cien eléctricos, y estamos lanzando nuevos productos. El año que viene habrá versiones cien por cien eléctricas. Los vehículos que salgan ahora tendrán una autonomía mucho más razonable para el consumidor, que no tenga ese miedo a quedarse sin batería. No vamos a ser los precursores en híbridos, pero sí tenemos esa capacidad de investigación, tenemos 12.000 ingenieros en un centro de I+D en Amiens para desarrollar todas estas tecnologías. Creo que es la orientación que está tomando el mercado, vemos que bajan las ventas de diésel, sobre todo en ciudades grandes donde las medidas sobre contaminación obligan al consumidor a alternativas y el híbrido está teniendo un crecimiento enorme.
A la vuelta de cinco años ¿cómo será el reparto de modalidades de motores y combustibles en la automoción?
Yo creo que la reducción del diésel es imparable, las ventas ahora son solo un 40% en este tipo de motores. Creo que es imparable porque además llegan otros motores con tecnologías híbridas y enchufables, que es una tecnología cómoda y de transición al eléctrico, no requiere una infraestructura muy importante. El híbrido enchufable que vamos a lanzar tiene una autonomía eléctrica de 55 kilómetros, lo cual permite hacer lo que hacemos a diario, sin ningún problema y en cien por cien eléctrico. También tiene la ventaja que se conecta a un enchufe normal y que lo usamos como cargamos el móvil cuando llegamos a casa y luego cuando queramos irnos de vacaciones tenemos el mismo coche pero usando el motor de combustión. Creo que el híbrido enchufable es la mejor transición al futuro pero está claro que vamos a un coche eléctrico, también autónomo.
