CON PRIMA DE RIESGO

La España del 3% de crecimiento y su repercusión en la economía ciudadana

In God We Trust printed on the back of a large bill

El PIB ya no es un medio de medida para contabilizar la riqueza de un ciudadano

Esta semana el Gobierno convocaba un Consejo de Ministros extraordinario donde daba el pistoletazo de salida a la negociación de los presupuestos del año 2018. Para ello aprobaba el techo de gasto que incluye el acuerdo de Gobierno que contempla los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública para el trienio 2018-2020, que se someterá a la convalidación del pleno del Congreso la semana que viene. El Gobierno en ese mismo consejo actualizaba el cuadro macroeconómico que incluirá una revisión al alza del crecimiento al 3 % para este año.

Es decir, el Ejecutivo pasa de una previsión del 2,5% de crecimiento a un proyecto de crecimiento que alcanza la cifra de un 3%. Este nuevo indicador nos sitúa a la altura del crecimiento de las locomotoras de Europa y del G20 y muestra una cifra superior a los niveles de Alemania, Francia o Italia, y ya veremos de la imprevisible Inglaterra del Brexit. 
En este contexto el debate que hoy planteamos es si “España va bien”. La primera respuesta observando los datos macro es que parece que sí, ya que España crece en su nivel de PIB (3%) y la tasa de paro refleja bajadas anuales de cerca de medio millón de parados año. Así como las noticias que nos desayunamos es que el crecimiento alcanza a nuestros sectores estrella, fabricación de automóviles, agroindustria o incluso comercio, que ya da muestras de alcanzar cifras de empleo y de ventas cercanas o incluso superiores a la situación de precrisis. 

Un valor especial debemos dar al sector del turismo que es capaz de convertirse en un atrayente para más de 75 millones de extranjeros que se espera que recibamos este año, además de las cifras de atracción este año ya se espera que el sector pueda subir precio y aspirar a acercarse a las cifras de antes de la crisis. Pero la gran virtud del sector es la creación de empleo de manera máxima y la fijación de la marca España como valor de calidad y de seguridad en un mundo cada vez más peligroso para un turista. Un dato: este mes alcanzaremos el nivel de PIB del año 2006, es decir recuperaremos lo perdido en la crisis.
En Galicia, automoción, naval, o agroindustria muestran su cara más favorable, con la consecución de pedidos y creación de empleo. Unido a un turismo que da el estirón en Galicia. Pero esta crisis ha sido devastadora y así lo refleja el nivel micro de nuestra economía, el nivel de endeudamiento de las familias y de crédito al consumo, motor de la economía, que muestra crecimiento (un 21% en el primer trimestre del año) pero con un nivel de precios muy superior a la media de Europa. Así se muestra también en el nivel de precios de las hipotecas que es superior a la media de Europa. Por tanto, como dice el dogma de los economistas, el precio marca el riesgo y en el caso de España es alto. Además podíamos discutir sobre el nivel de competencia real que tiene España en el sector de la banca tras la profunda transformación y concentración del gremio bancario. 

Otro dato a considerar es el incremento de los sueldos en España. El más frecuente es de 16.500 euros y el sueldo medio del país es de 23.100 euros, mostrando en el último año un incremento del 1,1% un porcentaje superior a la media del IPC pero muy inferior al incremento del PIB nacional. Otro dato a considerar es la recaudación del impuesto de sociedades que va cerrar el año 2016 con una cifra que representa casi la mitad de lo que se recaudaba en 2006, es decir, que el beneficio de las empresas todavía no se ha recuperado, pero además también podemos afirmar que el sistema fiscal del país y del conjunto de Europa se está quedando obsoleto ante los nuevos cambios fiscales. Pero el dato más alarmante es que 2,6 millones de españoles se encuentran en pobreza extrema, lo que presenta el 5,8% de la población y el 22,3%, se encuentra en situación de riesgo. Una clara señal de que la desigualdad no se corrige.

En este contexto podemos afirmar que el crecimiento de España va por barrios y el ejemplo es el nivel de empleo que se crea en Cataluña o Comunidad de Madrid, que supera el 50% del resto del territorio nacional. No todos los sectores se recuperan por igual, véase la construcción, sector estrella antes de la crisis y que actualmente se encuentra en una situación que se puede considerar de lenta recuperación. 

Eso sí, otra vez por barrios, destacando Madrid y en especial el sur de España, donde inversores locales e internacionales vuelven al mercado sin olvidarnos de la Sareb  y su ventas del ladrillo almacenado. La Sareb, esa inmobiliaria de todos, que no se sabe muy bien cómo acabará, cuánto nos costará y sobre todo qué esta haciendo.  Por desgracia el mayor problema de España es que el empleo, aunque abundante, en la mayor parte de los casos, es precario no permitiendo que la economía del país pueda dar un paso de calidad económica con una verdadera recuperación.

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