CREANDO LA MARCA OURENSE

La industria cultural, un mercado y un nicho de empleo aún por potenciar

En Ourense solo se crearon seis empresas culturales el pasado año.

Según el Instituto Galego de Estatística (IGE) en Ourense se crearon el año pasado seis empresas relacionadas con la cultura o la gestión cultural. Los años anteriores no habían sido mejores: en el 2012 el número se quedó en siete, para bajar a cuatro al ejercicio siguiente. En el 2014 la cifra llegó a siete. En Lugo, una provincia con un tejido socioeconómico parecido al de Ourense, nacieron el año pasado el doble de empresas culturales que en Ourense. 

¿Y en materia de empleo? Su capacidad de crear nuevos puestos de trabajo es importante, pero el repunte no está para prisas. Según el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte entre el tercer trimestre del 2014 y el segundo del 2015 trabajaban en la llamada industria cultural en Galicia unas 27.300 personas, pero apenas supone un 2,7% del total del empleo mantenido en la comunidad. 
La cultura es un factor vital de la raza humana con un gran abanico de artes que la respalda y que se enriquecen mutuamente. Históricamente, el esplendor cultural de una civilización, en muchos casos, coincidía con su esplendor económico, (Roma, Egipto, Grecia, etc). 

La cultura tal y como la conocemos se está convirtiendo en un beneficio de masas, ya que la mayoría de la población puede acceder a dichas artes, música, escultura, etc, este cambio ha generado la evolución de la cultura hacia un nuevo proceso donde se ha convertido también en un factor de aportación económica global. 

A nadie se le escapa, que artes como el cine o la música se han convertido también en productos de consumo masivo con grandes movimientos económicos. A ello, debemos unir otro tipo de factores que afectan a la dimensión de la cultura, caso del turismo, donde la visita a espacios dedicados a la cultura, o el consumo de productos culturales, han creado un sector propio, el turismo cultural. Visitar un museo de especial interés o acudir a un concierto o exposición de artes son valores cada vez más extendidos entre los ciudadanos. 

La cultura en todas sus expresiones es un mercado mundial que cada vez más aporta riqueza a las naciones. La exportación de bienes culturales en todo el mundo fue en 2004 de 108,4 mil millones de dólares y de 212,8 mil millones de dólares en 2013, es decir, se ha multiplicado por algo más del doble. Son responsables de 29 millones de empleos. Las cifras del comercio internacional en el mismo tramo, desveladas por la Organización Mundial del Comercio, indican una evolución similar en el resto de bienes de consumo. Por sectores, en 2013, la industria audiovisual y musical generó el 33% del total de los bienes exportados en todo el mundo, el sector editorial supone el 21,1% y las artes visuales el 35,7%. El porcentaje que aportan los países en vías de desarrollo a este crecimiento representa un 46,7% (con un crecimiento del 25,6% en esta década).
Destaquemos la industria de los videojuegos, que ya no solo compite con otras actividades socialmente más aceptadas, sino que las ha desbancado del primer puesto del ránking en cuanto a cifras de volumen de mercado.

En los últimos años el dinero que ha generado esta industria ha aumentado sensiblemente, pasando de los 40 mil millones de dólares que generó en 2011 a los 70 mil que genera actualmente. Se estima que para el año 2016 llegue a generar 86 mil millones de dólares a nivel mundial.
En el caso español el sector cultural alcanza el 4% del PIB nacional .

En este mercado Ourense se muestra al mundo como un escaparate de factores culturales europeos, con la representación de arte mozárabe, románico (Riboira Sacrata), gótico, etc, unido a rasgos etnográficos propios como nuestro o mejor dicho nuestros ancestrales carnavales, la fiesta en honor de la castaña y el vino, el magosto, o las numerosas fiestas gastronómicas que salpican nuestra geografía. A ello debemos unir nuestros grandes artistas de todos conocidos. O proyectos (aunque  alguno malogrado), como el Circo de Los Muchachos, escuela de grandes artistas mundiales del circo, o la escuela de bandas que han sido motores de la promoción de Ourense por el mundo, reforzados cada vez más por nuevos sectores y productos como la gastronomía, la viticultura, o el diseño ourensano de la ropa. 

Pero actualmente, y como reconoce Unesco, existe una nueva revolución de la cultura, las nuevas herramientas tecnológicas que se han convertido en una oportunidad para la participación de la sociedad civil, tanto en la compartición de contenidos culturales como en la creación de los mismos. 
En este contexto la sociedad que dio cobijo y disfrutó de figuras como Marcos Válcarcel, o Benito Losada, (entre otros) disfruta de una gran “cantera” creada al amparo de actividades de trascendencia cultural como el Outono Fotográfico, las Xornadas de Banda Deseñada, la Bienal de Caricatura, la Mostra Internacional de Teatro (Miteu) o el Premio Ourense de Contos, entre otros, a lo que debemos unir “infraestructuras del talento” como la Escuela de Artes y oficios, o centros de FP de referencia o los centros universitarios, etc, que están creando un ecosistemas que sin duda repercute en la cada vez mayor presencia de Ourense y de sus emprendedores, en el tejido de las industrias culturales de España, ganando un papel destacado en la economía provincial.

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